Page 198 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen  7
                                                              Causas criminales contra los rebeldes
                    Preguntado si por el contexto de la carta que ahora la verá y leerá ven-
            drá en conocimiento de que es en sus términos de igual tenor a la que relata
            en esta su confesión le escribió el Secretario Don José Palacios, de esta ciudad,
            o no. Dijo que sí y responde.
                    En este estado se le manifestó al confesante una carta que en copia está
            puesta a fojas 14 de los autos criminales seguidos contra dicho Escribano por
            el Señor Don Marcos Antonio de la Cámara, Alcalde Ordinario que fue de
            primer voto de esta ciudad del•año próximo pasado y ante el Escribano Don
            Tomás de Villavicencio, que se halla presente para que la lea el confesante y
            diga si su contexto es el mismo de la que leyó en Tungasuca, como escrita por
            dicho Palacios al citado rebelde Tupa Amaro en todo o en parte, haciendo
            reminiscencia de las cláusulas que por si vió en la citada. Y habiéndola leí-
            do el confesante, dijo que combinado un contexto con otro de ambas cartas,
            conviene la que ahora ha leído en algunos puntos. Y a saber para declarar con
            puridad volvió el confesante a leer de principio a fin la precitada carta /. 21v
            que en copia se le ha demostrado desde fojas 14 a fojas 17 de los predichos
            autos criminales seguidos contra el expresado Escribano Palacios; y contraído
            a su tenor el confesante dijo, que el último capítulo de ella, según su estilo y
            concepto conviene con el que leyó a toda prisa en Tungasuca, pues practicó
            esta diligencia, como que componía los papeles y cartas que estaban encima
            de la mesa, dice en el suelo del cuarto del rebelde Tupa Amaro y junto a su
            cama, sospechoso el confesante de que éste y su mujer, que se hallaban pre-
            sentes, reparasen que se inclinaba a leer alguna de dichas cartas y con temor
            de que, si así lo reparaban le diesen o deparasen algún castigo grave al confe-
            sante, juzgando que quería escudriñar sus secretos y que habiendo reconocido
            la letra de Palacios, inclinó la vista a dicha carta y como tiene expuesto por
            lo que pudo leer al descuido confronta dicho capítulo y del mismo modo el
            primero; y que aunque en su confesión dice empezar amantísimo hermano,
            no se acuerda de cierto porque como sabe que dicho Escribano es primo her-
            mano de la mujer del rebelde, hizo conjetura lo tratase de hermano y aunque
            en otros estilos lo ha expuesto, es por no tener presente los mismos en que
            estaba escrito, pero que como tiene dicho confronta con lo que al descuido
            leyó, haciendo mejor acuerdo y reminiscencia, de suerte que no tuvo lugar de
            leer todo lo que por letra de dicho Escribano estaba escrito /. 22 y responde.
                    Preguntado si supo positivamente que tenía el rebelde algunas corres-
            pondencias secretas con cualesquiera personas de esta ciudad o de otros lu-



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