Page 188 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen 7
Causas criminales contra los rebeldes
te, dándole al mismo tiempo otra carta y un borrador de la que Tupa Amaro
había escrito aquel día a esta ciudad con Don Francisco Bernales; que con di-
chos papeles lo presenció el expresado Señor Mayor ante el Señor Comandan-
te, quien se hallaba en la sazón en la plaza grande; y porque le ocurrieron
muchos quehaceres, mandó que con una ordenanza lo llevase y lo pusieron en
la casa del Teniente Coronel Don Gabriel de Ugarte, de la calle de San Juan de
Dios, y en este tiempo entraron varios señores que no dieron lugar a tomar
razón del modo en que se había presentado y lo llevaron a dicho cuartel, don-
de se halla preso el espacio de nueve días y aunque en estos a ocurrido a dicho
Señor Mayor, a fin de que se le tome esta su confesión, le ha respondido no
tener lugar /. 11v dicho Señor Comandante y hoy ha sido traído para su efecto.
Que respecto a haber estado preso se le han perdido seis mulas y un caballo,
que las tres de ellas eran de la tropa de Tupa Amaro y dos había cogido del
mismo, por otras tales buenas que las tenía en su poder del confesante el re-
belde, y que aunque quiso venirse antes no pudo, porque temía que en el ca-
mino lo matasen a él y su mujer, porque la orden que tenían los guardas de los
caminos era que a los que pasasen siendo seglares los matasen y siendo sacer-
dotes los llevasen presos, y los caminos para esta ciudad los mandó desbaratar
su mujer, cuyos motivos no le dieron lugar a lograr su deseo de venirse, como
porque también a todas horas lo tenía ocupado, como por tener mujer, pues a
ser hombre solo no se le pondrían tantas dificultades. Que en el tiempo que
estuvo en dicho pueblo de Tungasuca observó y oyó decir lo siguiente, asi a
dicho Tupa Amaro, su mujer, familia de su casa y a varios del pueblo, que la
causa de haber tomado esta determinación era porque su pleito no lo habían
sentenciado a su favor, como también por el pleito o etiqueta que se habían
movido /. 12 entre el Cura de Coporaque y otros, por cuya causa le había ofre-
cido azotar el Corregidor difunto de Tinta, Don Antonio de Arriaga, a Tupa
Amaro. Que también oyó decir se carteaban con Felipe Bermúdez y Mariano
de la Banda, estando éstos sirviendo de amanuenses a dicho Corregidor, y el
confesante colegía fuese asi, porque los tenía en una grande estimación y les
daba muchas medias de seda, vestidos y ropa blanca, que al declarante sólo le
dio una camisa y dos ponchos, que aquellos eran de la mayor confianza y sa-
tisfacción, pues sólo ellos corrían con el repartimiento de la plata, llaves de
despensas y con ellos leía aquellas cartas de mucha confianza, que iban de esta
ciudad y otros lugares; pero con todo el confesante una noche que habían sa-
cado varios papeles, encontró entre ellos dos cartas escritas por el Secretario
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