Page 735 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
entonces.
El día 1º de enero, me sacaron de las prisiones y salí ante el ludibrio de
los rebeldes, pues me mandó el principal vestir de indio y asi me vió el público,
celebrando la irricción con algazara y vocería, pidiendo mi muerte.
Mandó el rebelde a sus capitanes, que en la marcha a Piccho aplicasen
el mas vigilante cuidado conmigo, para que no lograse fuga, con orden que si
me apartaba diez pasos de su acampamento me quitasen la vida, de manera
que llamándome una noche a su tienda fui vestido de mujer a prevención
suya y número de lanzas que me condujeron. Manifestele el sentimiento de la
veja (sic) que se me hacia, me respondió que pues hasta entonces se me había
libertado de morir, poco era aquello, pues le había yo negado no poder tener
orden del Rey para matar ni al Corregidor ni a mí.
Cuando envió los tres comisarios a la Junta del Cuzco, previne al Se-
cular Don Bernardo de la Madrid, impuse a fondo a los que la componen,
para que no descuidasen la custodia de la ciudad y que saliese la tropa de
Paruro por la izquierda y atacasen al rebelde, por el desorden con que mane-
jaba las suyas y deserciones continuadas que hacían, pues vino a quedar con
cuatro mil indios escasamente y otros por cargados de los robos no hicieron
lo mismo; y que la pólvora y balas que traía el rebelde al cuidado de Don Juan
Antonio de Figueroa, la habíamos arrojado al río /.9 Sullumayo, que los fusiles
estaban en la mayor parte cargados con tierra, otros con la bala primero que
la pólvora y sin algunos tornillos y que al punto que avanzacen las tropas del
Rey, haríamos los prisioneros diligencia para unirnos y asaltar a los traidores,
cuya noticia se repitió el día nueve con Don Francisco Bernales, segundo en-
viado a la misma Junta.
El propio día como a las once levantó el rebelde su campo repentina-
mente, después de haber tenido habla algo distante con un indio, cuyo traje
parecía ser de los del Cuzco y siguió su derrota por camino extraviado hasta
volverla a tomar en la pampa de Ocororo.
Este mismo día ideamos la fuga para el Cuzco Don Francisco Molina,
Don Manuel San Roque y yo; pero nos la imposibilitó Hipólito Tupa Amaro,
como consta de los autos, y nos condujeron número de indios a presencia del
rebelde a excepción de San Roque, que por la casualidad que expresa la causa
la logró.
Llegados donde estaba, le preguntamos que por qué había levantado
el campo para desentrañarle, si había tenido algún aviso secreto o sórdidas
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