Page 740 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
P. 740

Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            cia o si se ha de cumplir, concédame la gracia de más término para su obede-
            cimiento y libertad mi familia de la dura amarillés de la necesidad y ofensas
            a Dios Nuestro Señor, pues aunque debía pasar por la maldición a nuestros
            padres primeros, para sustentarse, la exime la inocente edad que tiene y a mi
            me corresponde sudar y trabajar para ganarles el sustento; pero parece que mi
            maldición es rara, pues después de tanto sudar y trabajar no tengo un pan que
            comer y a veces ni manos con que llevarlo a la boca, pues éstas tantas veces
            empleadas en servicio del Rey y tribunales, apenas se hallan con movimiento
            fijo para formar una línea.
                    Mandó Alejandro señalar pastos fértiles y abundantes a los caballos,
            que habían servido en el ejército a la ejecución de sus órdenes, para que allí
            conservasen la vida. Que hasta los brutos logren premio y yo no pueda con-
            seguir mi libertad. ¿Cómo puede ser Señor? Alejandro nunca puede ser igual
            a Vuestra Excelencia, en la magnanimidad, porque aquel fue gentil y Vuestra
            Excelencia es muy católico y no parecería justicia que estando Vuestra Exce-
            lencia vivo perezca mi familia a golpes de la extrema indigencia.
                    Muchos siglos suspiraron y lloraron los hombres por la venida del ver-
            bo y era muy justo que llorasen y sollozacen, por un bien que había de ser
            eternamente poseída. Algún tiempo había que este hemisferio aseguraba en
            Vuestra Excelencia su remedio y tranquilidad y si la malignidad de los hom-
            bres turbó el sosiego tan a principios de su gobierno ya han tocado el rigor
            de su justicia, dejándolos castigados y escarmentados, afianzando con esto
            perpetua /.12v obediencia al Rey y sus Senados, por las sabias oportunas pro-
            videncias, que sin pérdida de tiempo aplica el infatigable celo de Vuestra Ex-
            celencia, disipando las densas turbulencias que los traidores habían formado
            fantásticamente, siendo ya todo regocijo, vendiciones y elogios debidos a un
            Príncipe, que ha hecho rezonar su fama en este orbe peruano.
                    Dijo Cristo a la mujer cananea, que era grande su fe, cuando le supli-
            caba resucitase el hijo. La mía que pide a Vuestra Excelencia la resurrección de
            nueve hijos, sino me engaño, en su esfera es mayor; y si aquella lo consiguió,
            ¿cómo podré dudar lograr la que pretendo, viéndose mi causa, que es lo que
            solicito? Y si acaso la emulación imaginariamente me apropia algún delito que
            lo califique, que protesto estar a derecho, en lo que se me impute.
                    Nuestro Señor guarde a Vuestra Excelencia los años, que estos reynos
            necesitan, para mecenas de ellos. Cuzco y setiembre 30 de 1781.
                                         Excelentísimo Señor



                                               739
   735   736   737   738   739   740   741   742   743   744   745