Page 730 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            que fecho tiene, en que se afirmó y ratificó. Dijo ser de edad de treinta y nueve
            años y no tocarle las generales de la Ley y lo firmó conmigo y testigos presen-
            tes, con quienes actué jurídicamente por ante mí, a falta de Escribano de
            que certifico.

            Francisco de Salcedo
            (rubricado)
            José Fermín de Herrera
            (rubricado)




            Miguel de Zamalloa
            (rubricado)
            José de Quirós
            (rubricado)

            [Declaración del testigo Buenaventura Aymituma. Setiembre 16, 1781].
                    En el campo de Sicuani, de esta Provincia de /.4v Tinta en diez y seis
            días del referido mes de setiembre de mil setecientos ochenta y un años. Yo
            el dicho Corregidor y Justicia Mayor en ella, recibí juramento, sin intérprete,
            por ser suficientemente ladino y habiéndolo hecho por Dios Nuestro Señor y
            una señal de cruz, conforme a derecho, para que dijese la verdad, de lo que
            sabe acerca de la sujeta materia, a su conclusión dijo, si juro amén, si así lo
            hiciese Dios le ayude y a lo contrario se lo demande. Y siendo por mí, el dicho
            Corregidor, preguntado dijo, que en vista de la firma de su Corregidor Don
            Antonio Arriaga, se puso con sus diez compañeros caciques y los españoles de
            su dicho pueblo en el de Tungasuca, en donde vió a Don Francisco Cisneros
            preso con grillos y muy maltratado del rebelde Tupa Amaro y de los indios,
            privado de comunicación y padeciendo mil calamidades; y que éstas se las
            mantuvo hasta la llegada del Señor Inspector, con intención de ahorcarlo. Y
            que un día escapó de la muerte a diligencia de unos españoles, que contuvie-
            ron a los indios. Dice, asimismo, que la traza que estos se dieron para matar
            al rebelde es cierta, como lo es el que dicho Cisneros la dispuso, disparando
            un cañonazo a las ventanas de la plaza, para que los españoles entrasen, pero
            que esto se frustró, porque el rebelde al estruendo del cañonazo, acudió presto
            con sus indios y acumulándole traición a Cisneros, lo disuadió éste, atribu-



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