Page 260 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            instrumentos y conocía la razón que tenía y que era el único descendiente de
            los Tupamaro, y que su contrario García había procedido falsamente, y que
            en breve saldría la sentencia a su favor; que el contador de retasas don José de
            Leuro le expresó tenía bastante razón, pues estaban acordes los instrumentos
            con los libros de revisitas; que se acuerda que un día, habiéndole puesto preso
            en la guardia de a caballo de su excelencia por equivocación, acudió su apode-
            rado a quejarse al señor don Pedro Bravo, y éste le envió su coche para sacarlo,
            y le acompañó en el coche el escribano Pro; que el señor don Pedro Echevers
            le hacía muchos cariños diciéndole estaba impuesto de su justicia, le atendería
            y le daba asiento; que el conde de Sierra-Bella le ofreció atenderle y le hablaba
            con cariño palmeándole la cabeza; que los escribanos y procuradores habla-
            ban en su favor; que un Tomás Sánchez que cogió Sangarará y es del Cuzco,
            le remitió en una ocasión sola a esta ciudad con cartas o carteles, que no se
            acuerda, para los Ugarte, y hará memoria si se le presenta a dicho Sánchez.
                    En este estado se hizo traer un hombre preso en este cuartel, y visto
            por José Gabriel dijo ser el mismo Tomás Sánchez, y le preguntó dicho Tupa-
            maro que si se acordaba las cartas o carteles que había traído, y le dijo habían
            sido dos escritas en lienzo, una para los Ugarte y otra para el escribano Pala-
            cios, y dijo entonces se acordaba que sí era cierto. Preguntado Sánchez por
            las cartas, dijo no las había entregado porque las traía cosidas en el forro de la
            chupa, y unos soldado en el camino lo cogieron y desnudaron sin volverle la
            chupa, y aunque se vino al Cuzco no dijo nada a los sujetos para quienes eran,
            y Tupamaro contestó no había enviado con este hombre más cartas.
                    Prosiguió diciendo que envió a un Pedro Soto, indio, con cartas a esta
            ciudad para Chillitupa y otros caciques, pero que este indio volvió a avisarle se
            las habían quitado en el camino; que a un José Salas, blanco, de la provincia de
            Tinta, remitió a esta ciudad con carteles y cartas para el señor obispo provisor
            y cura de Sicuani, diciéndole enviasen curas a la provincias, y que a los Ugarte
            les escribió, porque como decían que tenían inca y eran los principales aquí,
            creía se unirían a su partido.
                    Expresó que Hermenegildo Delgado oyó la conversación que tuvo el
            declarante con Lucas Aparicio sobre el alzamiento; que dicho Delgado vive
            en Acos o Acomayo; que Aparicio está de mayordomo en un trapiche; que un
            fulano Centeno, ayudante de San Pablo de Caccha, le escribió diciéndole le
            participase su bajada a Piccho, que le vendría acompañando, y no se acuerda
            le dijese otra cosa, y que no ha tenido carta alguna de hombre de fundamento



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