Page 258 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            no, expeliendo a los traidores corregidores para mayor adelantamiento de los
            reales tributos, a que de este modo se aumente el real erario, y en caso necesa-
            rio aún con ayuda de sus españoles a que están prontos, porque como somos
            sus leales vasallos debemos propender en todo y por todo al real servicio de
            Su Majestad, que todo es honor nuestro y gloria de esta nación.
                    Tanto tengo que decir a vuestra señoría, mas la precisión del tiempo
            no da lugar, y para hacer varias representaciones a la real corona de Espa-
            ña, espero de la benignidad de vuestra señoría me despache uno o dos le-
            trados peritos, desapasionados, quienes haciendo juramento de fidelidad a la
            real corona, vengan como nuestros protectores, a dirigir y gobernar nuestros
            asuntos, pues tenemos de dar nuestro descargo a Su Majestad, pudiéramos
            pedir o decir cosas tan diminutas o excesivas que repugnen a la razón, porque
            carecemos de instrucción. También suplico y ruego a vuestra señoría que me
            vengan sacerdotes de pública virtud, fama y letras, para que al populacho dé
            a entender que los corregidores no son dios para ser tan adorados, que solo el
            Todopoderoso es el Dios Señor de nuestras almas, en quien espero y a quien
            ruego continúe la salud de vuestra señoría, por felices y dilatados años, para
            el bien de estas sus provincias. Tinta y marzo 5 de 1781.]; reparase los reales
            haberes y defendiese la parte del rey mi señor, a que se guarden y practiquen
            a la letra sus reales órdenes me he expuesto a defenderlo como descendiente
            de los reyes incas, señores que fueron de estos reinos, en demostración de la
            grande fidelidad, amor y sentimiento que debo prestar y presto a la real corona
            de España, en cuyas reales sienes brilla luciente la corona de este reino, para
            gloria y honra de nuestra nación. Y si esta acción tan heroica, que he hecho,
            en dolerme de sus reales haberes, en desterrar a los traidores de la real corona,
            en buscar el alivio del Perú, consiguiendo de este modo el sosiego de este reino
            con el fin de aumentar el real erario, y en caso necesario aún con ayuda de sus
            españoles, a que están prontos, con el fin de que se nos quiten tantos pechos
            de repartos, aduanas, etc. Y si soy digno de castigo, pronto estoy a sacrificar mi
            vida, y se cumpla en mí el morir para que otros vivan.
                    La retirada de Paucartamho me ha sido muy sensible, por los estragos
            que están sucediendo, donde como lobos carniceros van destruyendo sus na-
            turales, aún criaturas de pecho y ganados de las haciendas, sin reflexionar que
            todo cede en atraso de los reales tributos, que acabándose esta recaudación
            cesarán todas las rentas de los señores eclesiásticos y cabildos de todos esta-
            dos, porque Su Majestad no tiene otro ramo con qué sustentarles el beneficio,



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