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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
y acabado el reino será inútil todo este territorio a su señor natural.
Tengo que hacer a vuestra señoría varias representaciones, conducen-
tes al servicio de Su Majestad, mas la precisión del tiempo y los reparos que
tengo que hacer para contener las tropas enemigas, no me dan lugar para de-
cir todo lo que siento, y como este giro de mi destino ha de llegar a los reales
oídos, por las vías y manos de los señores a quienes tengo ocurridos, espero
de la benignidad de vuestra señoría me despache uno o dos letrados peritos,
timoratos y desapasionados, quienes haciendo juramento de fidelidad a la real
corona y a esa ciudad vengan como nuestros protectores a dirigir y gobernar
nuestros asuntos, para que pasados por vista de vuestra señoría y de todo el
congreso de esa ciudad, dé mis descargos a Su Majestad; porque como no hay
sujeto de instrucción en estos lugares, pudiéramos pedir cosas tan diminutas
o excesivas que repugnen el real agrado.
También suplico a vuestra señoría me despache la bula de la Santa
Cruzada para estas provincias, que a más de ser la medicina de nuestras al-
mas también es ramo real, a que debo estar al reparo como su leal vasallo; y
sacerdotes de pública virtud, fama y letras, para que dirijan mis asuntos en lo
espiritual y den a entender al populacho que los corregidores no son dioses
para ser tan temidos y adorados, y que solo el Todopoderoso y Creador de
cielo y tierra es el verdadero Dios y Señor de nuestras almas en quien espero y
a quien ruego continúe la importante salud de vuestra señoría, por dilatados y
felices años, para el bien y reparo de estas provincias. Tinta y Marzo 5 de 1781.
[Ampliación de la declaración de Túpac Amaro. Mayo 3 de 1781].
En la ciudad del Cuzco, en tres días del mes de Mayo de mil setecien-
tos ochenta y uno, ante el señor don Benito de la Matta Linares, expresó José
Gabriel Tupamaro tener que decir algunas cosas relativas al descargo de su
conciencia, y para aclarar la confesión que tenía hecha, y en su virtud habién-
dosele recibido juramento que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de
cruz según derecho de decir verdad en todo cuanto expusiere, dijo: que cuan-
do estuvo en Lima a seguir su pleito sobre cacicazgo y descendencia de los Tu-
pamaro, le dijo el señor don Pedro Bravo del Rivero, oidor entonces de la real
audiencia de Lima, que el pleito lo ganaría pues tenía clara justicia; que iría a
España de cuenta del Rey y le daría carta de recomendación para allá; que el
señor don Serafín Beyan, fiscal de dicha audiencia, le expresó haber visto sus
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