Page 252 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            conforme [tarjado: le mandasen] ordenan nuestras leyes y nó más.
                    Siempre la real mente, como tan noble y santa, aunque en caso de ex-
            perimentar en nosotros grande contumacia, es favorecernos. Digo ahora, qué
            suavidad, qué paz, qué libertades o franquezas, qué requerimientos necesa-
            rios, siquiera por una vez hemos merecido hasta hoy día de la fecha aún ha-
            biendo hecho nuestras embajadas; qué personas de sagacidad y experiencia
            han venido a guerrearnos, sino nuestros enemigos que son los corregidores,
            dónde estos tres meses de tregua que manda la ley, quiénes hasta hoy con tan-
            to encono mantienen las tropas con capa de rey; sino los corregidores, no por
            amor a nuestro monarca y señor, sino por recobrar sus intereses con mayor
            fuerza. Se ha publicado en esa ciudad y en otras partes la real cédula de que
            no haya más repartos, y según cartas que se han visto en este país, [tarjado:
            y] pide por retorno de este beneficio el oprimirnos a fuego y a sangre. ¿Qué
            señores obispos y curas u otras personas de dignidad han escapado de su vora-
            cidad y perdimiento de respeto? mas la providencia divina nunca olvida a los
            suyos, porque El toma el desagravio por sus manos, pues en la santa iglesia de
            Sangarará, estando colocado el Santísimo Sacramento degollaron mujeres, de
            que les resultó al punto la Ira de Dios, que como ellos no veneraron el Sagrado
            tampoco el Sagrado les valió; y como agraviadores de sacerdotes perecieron
            sin auxilio de ellos, que aunque les hice predicar con un par de mozos, por las
            calles, a que se dispusieran como cristianos; porque mi ánimo no fue matarlos
            sino recogerlos en una parte, darles mis razones y ponerlos en el camino le la
            salvación, pero el cielo por sus altos juicios les cerró el concurso, y por sus pro-
            pias manos se entregaron a la Parca, dando ellos principio a su infeliz destino.
                    ¿El matarnos como a perros, sin los santos sacramentos necesarios,
            como si no fuéramos cristianos, botar nuestros cadáveres en los campos para
            que coman los buitres, emborracharlos y echar a las tropas enemigas para que
            los destrozen en pecado mortal, matar nuestras mujeres [tarjado e ilegible]
            es el modo de atraernos a la paz, y sujetarnos a la real corona? ¿Destruir el
            real patrimonio que somos los indios tributarios, según varias cédulas reales,
            [tarjado e ilegible] es el modo de hacer un gran servicio a la corona de Espa-
            ña? [tarjado e ilegible] ¿Echar edictos de perdón para los unos, y de castigo
            para los otros, como [tarjado: lo] ha hecho ese ilustre cabildo del Cuzco, es el
            modo de sosegar los pueblos? no es sino causar mayor encono y alboroto a
            sus moradores porque como en los pueblos, unos y otros [tarjado e ilegible]
            unos y otros llegan a favorecer. Que nos acaben de matar si así lo merecemos,



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