Page 132 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
Causas criminales seguidas contra los rebeldes
declarante fue en persona hasta Yanaoca para que este cura hiciese un propio, y
ni aún allí se halló quien se atreviera a venir; hasta deliberaron mandar un cria-
do del dicho cura, que saliera por Livitaca con pretexto de ir a buscar unas mulas
que le habían robado al cura, llevando su marca; que los demás acaecimientos
de la sublevación del cacique Tupa Amaro lo sabe por haberlos oído, porque
desde el lunes trece que regresó al pueblo de Pampamarca no ha vuelto a Tun-
gasuca ni ha visto al cacique desde el día que lo ahorcó al corregidor, porque el
dicho día del entierro le dijeron se había ido el cacique a quemar el obraje de
Pomacanche y los demás de la quebrada; que el dicho pueblo de Pampamarca y
lo mismo Yanaoca y los demás se hallan con solo las mujeres, porque los indios
y mestizos andan con el cacique; que el suceso desgraciado de Sangarará se lo
refirió al declarante, Felipe Armasa que dijo haberse hallado en él; que poste-
riormente ha oído que el cacique Tupa Amaro salió de Tungasuca con gente, el
día ventiuno o ventidós, unos dicen que fue contra el corregidor de Chumbivil-
cas, otros han dicho que fue para Cailloma, y de paso castigar al cacique de
Coporaque, Sinanyuca, por habérsele rebelado; y que al declarante no le consta
de cierto cual fuese su designio; que también oyó decir que al corregidor de
Azángaro y al de Lampa los tenían presos. Y últimamente declara que el día
venticinco del presente, le entregó el dicho don Carlos Rodríguez, cura de Ya-
naoca, la carta orden de su señoría ilustrísima, en que le manda se venga sin
pérdida de tiempo a esta capital dejando fijado en la iglesia de su doctrina el
cedulón de excomunión contra el cacique Tupa Amaro y sus secuaces, como lo
verificó; y salió el día mismo para esta ciudad sin más auxilio que la ropa que
trae al cuerpo, en obedecimiento de lo mandado. Que ésta es la verdad de lo que
sabe y tiene declarado bajo de su juramento, en que se ratifica, y siéndole leída
su declaración dijo no tener que añadir ni quitar, y lo firmó con su señoría ilus-
trísima de que doy fe. Juan Manuel obispo del Cuzco. Doctor don Antonio
López de Sosa. Ante mí. Doctor José Domingo de Frías. Secretario.
Concuerda con el original de su contexto al que me refiero, y de man-
dato de su señoría ilustrísima lo mandé sacar y concerté. En el Cuzco en ven-
tinueve de Noviembre de mil setecientos ochenta años.
Doctor José Domingo de Frías
(firmado)
Secretario
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