Page 126 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
Causas criminales seguidas contra los rebeldes
de Pomacanche, las cuales se las entregó en el pueblo de Huaro, y que aunque
posteriormente mandó poner el declarante tres horcas, estas fueron de motu
proprio para atemorizar a los indios de su parcialidad que ya los veía inclina-
dos a seguir al rebelde, y que con noticias que tuvo de que lo andaba buscando
para castigarlo, por no haberlo obedecido a lo que le tenía mandado, receloso
de que lo consiguiese por el gran poder y fuerzas, que concibe tiene, se vino el
declarante a refugiar a esta ciudad habiéndose milagrosamente escapado, por-
que sus propios indios lo persiguieron y lo vinieron siguiendo media legua,
improperándolo con baldones, por lo que con gran peligro se arrojó a pasar
el río grande. Y esto es todo lo que en el asunto sabe y puede declarar, bajo
del juramento que hecho tiene en que se afirmó y ratificó siéndole leída esta
su declaración; y dijo ser de edad de cincuenta y seis años, la cual la hizo sin
asistencia de protector e intérpretes, porque con el conflicto de las presentes
ocurrencias no se pudieron conseguir, ni la precisión dió treguas a esperarlos,
y como ladino e instruído en el idioma castellano la firmó con el señor alcalde,
de que doy fe. Entre renglones: un hombre que dijo llamarse. Vale.
Sebastián José de Ocampo
(firmado)
Ante mí
Tomas de Villavicencio
(firmado)
Escribano de Su Majestad y público
Antonio Solis Quivimasa Inca
(firmado)
(Al margen: Testimonio de la declaración del cura de Pampamarca, sobre el
día de muerte de Ariaga).
Carta. Luego que vea vuesa merced ésta, sin pérdida de un momen-
to se encaminará a encontrar al cacique don José Tupa Amaro, compadre de
vuesa merced, a fin de persuadirle con la más viva eficacia desista del empeño
con que viene desolando todos los pueblos por donde transita, y causando
gravísimas alteraciones y daños en sus gentes, la cual resolución ha de tomar
vuesa merced con el mayor ardor, tanto porque se evitan las ofensas de Dios
que de ello resulta como por la caridad con que debemos verlo, para que no
cargue sobre si una irreparable ruina que trascienda a sus hijos y familia, pues
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