Page 121 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
(Al margen: Testimonio de la declaración de don Isidro Montesinos).
En la ciudad del Cuzco, en quince días del mes de Noviembre de mil
setecientos y ochenta años. Por ante el señor don Marcos Antonio de la Cá-
mara y Escudero, capitán comandante de artillería del regimiento formado en
esta dicha ciudad, alcalde ordinario en ella [tarjado: dicha ciudad] y uno de
los señores jueces de la real junta de guerra, y comisionado para la actuación
de las diligencias, acerca del alzamiento que ha hecho José Tupa Amaro, caci-
que de los pueblos de Surimana, Tungasuca y otros de la provincia de Tinta;
pareció espontáneamente don Isidro de Montesinos vecino de esta ciudad, de
ejercicio viajero, de quien por ante mí el escribano, se le recibió juramento y lo
hizo a Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, según forma de derecho, con
asistencia de los asesores nombrados, doctor don Rudesindo Tomás de Vera y
don Gregorio Murillo, so cargo de él ofreció decir verdad y siendo preguntado
sobre el asunto de su declaración: dijo que con ocasión de tener sus comercios
en las provincias de Lampa y otras de aquella cercanía, pasó el declarante el
miércoles de la semana pasada, que se contaron seis del presente mes, y el día
ocho hallándose en Quiquijana encontró con un indio, y movido de la curio-
sidad en verlo de tropel, y que corría como asustado, le preguntó que adonde
iba, a lo que le respondió: que a darle parte al cacique de Quiquijana que ya
quedaba ahorcado el corregidor de la provincia de Tinta, y habiéndole repre-
guntado el declarante por qué orden y quién había intervenido en el suceso,
le contestó·que por la de Su Majestad, y el ejecutor había sido el cacique de
Tungasuca, don José Tupa Amaro, y sorprendido el declarante de la novedad
pasó inmediatamente al pueblo que distaba seis leguas con intención de se-
guir su derrota y dos leguas más acá lo encontraron dos ·indios alcaldes y dos
soldados del cobrador del pueblo de Checacupe, que se halla inmediato a el
del suceso, y conducido que fue lo prendieron al declarante y tres más, que se
acompañaron con él dos leguas antes, y a poco rato le dieron libertad y a los
demás haciéndoles mucho cariño por el dicho cobrador, al mismo tiempo las
expresiones de que ya cesarían las hostilidades que padecían por los corregi-
dores, que había orden de Su Majestad para ahorcarlos a todos, y a cuantos
chapetones habían. En este estado restituido al declarante a su libertad; se
pasó en su cabalgadura, vadeando el río para extraviarse del camino que lleva-
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