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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
que no les va quedando vivienda alguna, lo que causa lastima porque no son
ranchos, sino casitas de adobe bien enrramadas con sus puertas de tabla, blan-
queadas de suerte que no parecen viviendas de yndios sino de españoles, por lo
qual se viene en conocimiento que estos yndios eran los mas acomodados del
Reyno, porque el terreno como tan fertil les producia con mucha abundancia
quanto sembraban que prontamente lo vendian en la Paz adonde lo conducian
en burros que se han cogido muchos, como tambien muchas mulas.
En el Reyno se dan tierras mas pingues, ni que con menos trabajo se co-
jan tan copiosas cosechas, sin mas cultibo que arar y sembrar. Sin ponderación
se puede decir que quando una mula entra al sembrado de las havas, se oculta y
pierde de vista segun lo elevado de sus matas. Las papas son en extremo grandes
y muy sabrosas de buen gusto teniendo todas las calidades de muy superiores;
sucediendo lo mismo con los choclos, sapallos, arbejas, ocas y demas frutos. El
temperamento es algo caliente de dia y fresco de noche. Su terreno es muy que-
brado, pues todo es bajar y volver a subir por cerros cubiertos todos de verdes
y floridos pastos, y de hermosos sazonados frutos. A las orillas del Rio se dan
manzanas muy particulares en su tamaño y gusto como tambien riquisima uba
y toda fruta de hueso excelente, en una palabra se puede decir sin yperbole que
los habitantes de estos Paises gozaban del Paraiso terrenal, que han perdido por
su obstinacion y que en mucho tiempo no lograran de la tranquilidad y sereni-
dad con que disfrutaban.
A las 5 de la tarde entro la coluna en el Pueblo de Coní y se pasaron a cu-
chillo 8 yndios y algunas criaturas, y antes de la oracion se pegó fuego a las casas
dexando libre la yglesia, de la que por la madrugada havian robado la corona de
plata a Nuestra Señora, tres casullas y algunas otras cosas de la sacristia; como
también una toalla a un crucifico, sobre cuyo descubrimiento se han hecho las
diligencias posibles a fin de saber quienes son los sacrilegos agresores de los
propios soldados o yndios que acompañan nuestro exercito, y solo privadamen-
te entregaron al cura un Caliz. Se han encontrado muchos cautivos y cautivas
que apresaron en Zorata, y del cerco o asedio de la Paz, a los quales querian los
rebeldes la noche antes quitarles la vida, diciendo que los españoles en el pueblo
de Collana havian degollado mugeres y muchachos, y que ellos debian hacer lo
mismo; pero a las persuaciones y ruegos del cura que se hallaba en dicho pueblo
los perdonaron, y fueron encerrados en un quarto hasta que llegó la coluna.
Nos hallamos con la desagradable noticia de que en la quebrada de Pal-
ca mataron los rebeldes diez Arequipeños y entre ellos al negro de Dn. Francis-
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