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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
por rodaderos y pérdidas de cargas. La mayor parte del equipaje quedo en las
cimas de los cerros, en que hasta las 10 del dia siguiente se puso en salvamento
porque empeñada la tropa en caminar, por cerros ominentes llenos de precipi-
cios sin camino cierto ni vereda se resolvió bajar de aquellas alturas unos a pie
y otros a caballo con bastante peligro de la vida. Lo cierto es que, si el enemigo
advierte esta confusión en que nos hallabamos (el que se dejaba ver a una dis-
tancia de una legua) logra quitarnos la mayor parte de los equipajes con muerte
de mucha gente. Pero su divina Majestad que ha mirado esta causa como suya,
les negó enteramente el concurso para que llegasen a emprender un hecho tan
facil, pues con motivo de hallarse ya la tropa abajo, era imposible cuando fuesen
sorprendidas las cargas el socorrerlas por la dificultad de no poder trepar por
donde se habia descendido y cuando la necesidad nos hubiese obligado a defen-
derla, hubiesen tardado de 4 a 5 horas, en cuyo intervalo hubiera tenido tiempo
los rebeldes de trasponerlas o desbarrancarlas. Esta noche se oyó una corneta de
los enemigos que cesó de las 8 y media a las 9.
Dia 25 se hizo alto en este Campo de Choquecollana para reponer a las
mulas de las fatigas de ayer con los buenos cebadales que se encontraron. A las
9 del día se dejaron ver en un cerro elevado a la parte de la Cordillera como 300
indios con mucha algazara de griteria y cornetas. Fueron destinados los indios
de Chucuito con 50 fusileros mandados por don Ramon Bofil para atacarlos.
Trabaron la pelea en que se portaron bien los Lopacas; y entre estos y el fuego
de fusil mataron 20 rebeldes que fueron perseguidos mas de una legua desde
aquella altura que ocupaban, y a las tres de la tarde se retiraron los nuestros con
algunos pobres despojos.
Dia 26, se lebanto el campo de Choquecollana, y a la una legua de mar-
cha se avistaron como 500 yndios tocando sus cornetas y gritería; pero de que
vieron que nuestra tropa iba ganando terreno, desampararon el Alto que ocu-
paban y fueron seguidos mas de tres leguas de un Destacamento por unos ca-
minos asperisimos y bien peligrosos en cuya accion murieron 30 rebeldes de
ambos sexos, y se les cogieron algunas cornetas, mas de 25 mulas, y muchas
comestibles que fueron dexando por aligerar la carga. A las 6 de la tarde des-
cendieron los rebeldes a las faldas del cerro de Ilimani muy nombrado por su
riqueza, y por su elevacion siempre cubierto de nieve, y frente al campamento
a distancia como de tiro de cañon, por lo que pensando que abanzasen, se puso
las armas toda la coluna; pero siendo ya mas de las siete de la noche, y que no
hacian movimiento, se mandó retirar la gente doblandose las guardias, estando
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