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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            intemperies y rigor de yelos y resistir y vencer a tan crecido número de re-
            beldes, desalojandolos de puestos ventajosos persiguiendolos hasta Puno por
            espacio de 80 leguas, obligandoles a levantar el sitio con que tenian tan opri-
            mida aquella via, libertando la vida a sus vecinos, consiguiendo fuesen tantas
            sus victorias como fueron los repetidos ataques que hizo a los enemigos, de los
            que resultaron las prisiones del principal rebelde Jose Tupac Amaro, su mujer,
            dos hijos y hasta mas de 40 de sus principales jefes que iban huyendo de nues-
            tras armas despues de derrotados y sujetarse las provincias de Quispicanchi,
            Tinta, y Chumbibilcas en el término de cuatro meses?
                    Este ejercito cuyos soldados por emplearse en la guerra abandonaron
            sus cosechas sirvieron con mulas propias y dejaron sus familias expuestos a
            perecer por no poderles dejar asistencia alguna asi por lo corto de su Prest,
            como por estarles debiendo la mayor parte del que tenian devengado, y que
            habien salido en la inteligencia de que la expedición solo duraría 20 dias, re-
            gresó a esta ciudad (por los poderosos motivos que se expresarán después a
            justificar su retirada), donde en vez de ser aplaudidos por sus poderosas ac-
            ciones y por la constancia con que sufrió hambres y frios y demas molestias
            de tan extensa campaña sin haber abandonado las banderas y de ser pagados
            puntualmente de sus alcances, experimentó una indigna retribución de sus
            servicios en su cabeza y en sus miembros. En estos por la dilación de la paga
            que alcanzaban retardandoles la satisfacción con varios pretextos, de suerte
            que muchos prefirieron el retirarse a sus casas perdiendo su legitimo haber
            por recojer sus cosechas, y no retardar mas el acudir al amparo de sus casas y
            familias, donde regularmente en sus conversaciones habrán referido sus ser-
            vicios, y con ello habran cobrado aborrecimiento al servicio del Rey los que
            no se hallaron en la campaña; pero como se hallan ahorrado 50 o 100 pesos
            poco parece les importa a los que son la causa de esto el que en lo sucesivo se
            experimenten graves y perniciosas consecuencias.
                    En su cabeza lo experimentó en parte mas sensible, por herirsele en
            lo mas vivo del honor una critica injusta de la retirada del ejercito, hecha sin
            conocimiento ni noticia de las gravisimas causas que lo motivaron, como se
            infiere, de que se formó el juicio antes de llegar yo, ni saber en que funde la
            relación, solo por seguir ciegamente el precipitado dictamen de algun sujeto a
            quien conocieron adulaban en ello y que debiera ser mas circunspecto en sus
            juicios. I aun que en mi actual y unico Jefe el Exmo. Sor. Virrey me consta no
            hay este preocupado modo de proceder, y mucho menos en el justisimo corazon



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