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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            protextando que no es mi animo agraviar a nadie y que cuanto dijere solo se
            dirige a mi permitida y justa defensa.
                    Para hacer constar esta verdad es necesario que como discurso preli-
            minar, haga una ligera y suscinta narración de lo acaecido en toda la campaña
            y una breve descripción de la calidad de las tropas que componian el ejercito;
            de la clase de los oficiales; y de los ningunos auxilios con que se les asistió du-
            rante ella; con lo que se hará presente al mundo haber sido mi conducta cual
            convenia en las circunstancias, y que solo el Monarca Español tiene vasallos
            capaces de sufrir en su obsequio y en testimonio de su lealtad, los trabajos,
            necesidades, inhumanidad y abandono en que se vieron ya por parte de la
            naturaleza, ya por la de los Ministros de la Real Hacienda, tanto mas doloro-
            so a los que lo sufrieron, cuanto le es mas notorio el piadosisimo corazon de
            nuestro clementisimo Soberano para todos sus vasallos y singularmente para
            su ejercito que tan particularmente distingue y a quien tan claras pruebas ha
            dado de su paternal amor con las repetidas gracias que le ha concedido.
                    Componiase el ejercito de 50 hombres del Presidio del Callao; 300 de
            milicias provinciales de Pardos de Lima, 80 dragones de la misma y 100 de la
            de Huamanga, y el resto hasta el número de 16.000 de que constaba se com-
            ponia de españoles, mestizos e indios de los cuales excepto del Callao ningun
            principio tenian de subordinación y disciplina militar; y los de las provincias
            ignoraban absolutamente lo dicho sino tambien el modo de conservar sus ar-
            mas, el descargar y disparar sus fusiles; y no eran otra cosa que unos cuerpos
            colectivos de hombres campestres y rudos, incapaces de sujeción y buen or-
            den. Los cabos y sargentos eran de la misma especie e igual ignorancia por ser
            sacados así mismo de sus labranzas.
                    De sus oficiales excepto 10 a 12 de ejercito todos los demas eran ve-
            cinos de esta ciudad y sus provincias; y rebajada una cuarta parte que eran
            hombres de honor y de constancias el resto se componía de sujetos de las
            mismas provincias de quienes echaron mano los Corregidores en la urgencia;
            pero unos y otros sin practica en la guerra y manejo economico y servicio de
            los cuerpos y casi todos sin la menor teoria alguna de estas partes.
                    Es practica observada regularmente en Europa que a todo regimiento
            de nueva leva se le designa un sargento mayor, y ayudantes, sargentos y cabos
            sacados de otros cuerpos veteranos para que como maestros de las demas los
            instruyan y despues de esto se le designan cuarteles en donde se mantienen
            unicamente empleados en su instrucción antes de ir a una plaza o hacer el



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