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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
nos amenazan todavia, y se preparan con grandes fuerzas, como lo acredita la
esquela original de uno de los capitantes, escrita á un eclesiástico del pueblo
de Acora, que hoy se halla en esta villa. Lo cual prueba evidentemente la mala
disposicion de sus ánimos, y que su rebelion tiene unas profundas raices, que
no podrán arrancarse sino es con violencia: cuya consideracion me es suma-
mente dolorosa, por cuanto, creyendo el Sr. Visitador desde el Cuzco, que en
este collado se halla ya la grande expedicion que supone haber salido ya de la
Paz, veo muy distante la esperanza de ser socorrido, para sostenerme contra
los frecuentes insultos de los indios en la actualidad, en que, cerrados los ca-
minos de comunicacion con dicha ciudad, ignoran absolutamente la situacion
crítica en que me hallo. Mayo 2 de 1781.
78. Teniendo prevenidas las compañias que juzgué necesarias para so-
correr á los indios de Acora, conforme á lo que queda apuntado en el número
72 de esta relacion, me retrage de este pensamiento por la novedad que so-
brevino, de que el designio de aquellos malvados no se contraia unicamente á
egecutar en dicho Acora lo que queda referido, sino tambien á pasar hasta esta
villa, para atacarme segunda vez con todas sus fuerzas. Con esta noticia avivé
y traté con calor de que no se omitiese prevencion alguna, de las que tenia
premeditadas para esperarlos; y para que no faltase lo necesario para la sub-
sistencia de la tropa, reparé nuevamente las fortificaciones, que tenia hechas
de antemano.
79. Pocos dias antes de esta novedad, me presentó uno de los curas
de Acora tres edictos, comprendidos en un solo pliego de papel, librados por
Pascual Alaparita y Pedro Ruiz Condori, y dirigidos al comun de aquel pue-
blo por una esquela, con órden de que se remitiese á esta villa, sin pérdida
de tiempo. Aunque su contenido es muy poco perceptible, por el desgreño y
desórden con que se concibieron, no obstante, parece que todos se encaminan
á la seduccion y engaño de las gentes. Traíalos una india que se sorprendió en
dicho Acora, y de este modo pudo haberlos el cura, para presentármelos, y
luego mandé agregarlos á los autos de la materia.
80. Acercáronse finalmente los enemigos hasta el mismo Chucuito, y
se acuartelaron allí algunos dias, aguardando sin duda el saber la resolucion
de Diego Tupac-Amaru, que en la provincia de Lampa comandaba á la sazon
una tropa considerable de rebeldes. Con esta noticia resolví escribir a Pascual
Alaparita citado, que comandaba aquella tropa: y con efecto lo practiqué el
dia 6 de este, llamándole á solicitar el perdon é indulto tantas veces publicado
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