Page 257 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 257
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
lo encontré muy en silencio; pero las compañias de caballeria que marcharon
por delante, les dieron al alcance en las cercanias del cerro de Yupa, de altu-
ra portentosa, en donde les entretuvieron con escaramusas. Llegué yo con el
resto de mis gentes, y al instante se acogieron á lo mas alto y escobroso de la
montaña. Les hice fuego, pero sin mayor efecto, porque se resguardaban con
ciertas paredes de piedras que forman grandes atajos.
72. Hácia á las 5 de la tarde, cayó allí mismo la gente de Cavana y Ca-
vanilla, que de mi órden se conducia para Puno, para el caso de que sentia por
indubitable de que me atacase Tupac-Amaru, hermano del cacique José, con el
hijo de este, que traia en su compañia. Llegada aquella con los de Vilque y Ma-
ñazo, componian un grande número, y se juzgaron suficientes para rodearles
aquella noche. Este fué un grande aprieto para los rebeldes, que fatigados con
el ardor del sol de la tarde, su continua voceria y egercicio, no podia mitigar la
sed en aquella cumbre, ni bajar á buscar las fuentes de agua que los nuestros
tenian ocupadas y defendidas.
73. No obstante, con la resolucion que inspira una situacion desespera-
da, hicieron sus esfuerzos, y rompieron de manera que pudo escapar la mayor
parte, y entre ellos el malvado Ingaricona, uno de los principales instrumentos
de todas estas revoluciones. Los que no acertaron a seguirle, quedaron sacrifi-
cados al despecho de los mismos indios de los pueblos citados, que batallaron
con todo el furor que les inspiraba la memoria de los destrozos que habian
sufrido de aquellos, en sus mugeres, hijos, casas y ganado. Murieron muchos,
y tambien gran número de coroneles y capitanes, sin otros que trajeron pri-
sioneros, y de cuyas declaraciones contestes deducimos gran fundamente para
tener por indubitable la prision de dicho cacique José Tupac-Amaru, el vier-
nes 6 del corriente.
74. En estas mismas circunstancias ha llegado á mis manos una carta
que me escribe un indio principal de Acora, avisándome que la tropa de re-
beldes, que se habia retirado hasta Ylabe y Julí, y grandemente aumentada con
el auxilio de gentes que les ha llegado de la provincia de Pacages, venia otro
vez marchando sobre dicho Acora, con ánimo de vengar en los indios fieles
la resistencia que han hecho de abrazar su partido. Tengo ya dispuestas las
compañias de tropa que contemplo necesarias para socorrer á estos misera-
bles, y haré que marchen lo mas breve y temprano que sea posible, atendida la
justicia con que piden y solicitan la proteccion que han menester de nuestras
256