Page 256 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
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                    68. A los que fueron autores é instrumentos de su prision, y que le
            condugeron á esta capital, despues de agasajarles y tratarlos con la mayor hu-
            manidad y blandura, les admití el perdon ó indulto que pidieron por haberse
            contaminado é incorporado con la rebelde tropa que paso por sus pueblo,
            como se ha dicho. El motivo que los estimuló á esta osada determinacion, fué
            la consideracion, de que habiéndoles seducido para hacerles cómplices de su
            rebelion, y auxiliares de sus maldades, retrocedia con tanta aceleracion, de-
            jándoles sin abrigo y abandonados á los golpes que les amenazaban desde esta
            villa, de donde procuraria yo sorprenderlos para castigar sus delitos, como sin
            duda lo habria practicado de lo contrario para escarmentar á los otros.
                    69. Estos mismos indios me dieron noticia de que el pedrero que se
            perdió en Chucuito, le habian dejado oculto por la prisa con que corrian, como
            tambien muchos muebles y plata labrado, de la que robaron á los infelices de
            dicha ciudad. Dí prontamente comision, para que se recogiese con seguridad,
            al Contador oficial real, D. Pedro Claveran, asociado con un eclesiástico de
            mi mayor confianza, con el fin como tengo mandado, de que los dueños que
            existiesen de estos bienes, ó sus herederos, puedan recuperar lo que creyeron
            perdido en mano de aquella comitiva de ladrones: se ha logrado en mucha
            parte el buen fin de este acto de caridad con los miserables, y tambien la recu-
            peración del cañon, con la de algunos pocos fusiles que se encontraron.
                    70. Suspensa algun tanto la atencion por esta parte, fué menester apli-
            carla hácia la otra de Azangaro y Lampa, cuyos indios con los de Carabaya se
            acercaron á las alturas de esta villa, como en distancia de una legua, despues
            de un encuentro que tuvieron con los de Guaca, Moro y Paucarcolla, ayudados
            de tres compañias de caballeria, con unos cuantos fusileros, que hice marchar
            para impedir el robo, que egecutaban de los ganados de estas inmediaciones,
            con el fin de inducir necesidad á la subsistencia de esta tropa. Su número era
            crecido, comparándole con los nuestros, cuya retaguardia venia picando, has-
            ta que entraron á esta villa, y me refirieron la vecindad en que estaban. Con
            este aviso, me resolví á salir contra ellos con mi gente, y lo hice la mañana
            inmediata.
                    71. Pero como su designio principal fuese su reunion con los rebel-
            des de Chucuito, luego que entendieron la prision del comandante Mamani,
            variaron el dictámen, y bien temprano retrocedieron, arriando el ganado que
            juntaron el dia anterior, poniendo fuego al pasar al citado pueblo de Paucarco-
            lla. Cuando llegué á la corta distancia en que estuvieron la tarde antecedente,



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