Page 166 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
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            y sufocada, que en aquellas horas no bomitaba otras expresiones que las de la
            maledicencia, y total odio contra la nacion Española; para cuya demostracion
            hacia se votasen al campo, y quedando insaciable, seguia contra el que se le
            antojaba de los prisioneros, y aun contra los muchisimos Soldados que de-
            sertaban de la Ciudad haciendoles degollar, qual castigo no sirvio de remedio
            para contener semejante iniquidad, pues aun a las mugeres que se aparecian
            en el Alto no perdonaba, suponiendo que uno y otro sexo darian cuenta de
            lo que viesen, y observasen en su Real, o que al fin seguirían su constitucion
            antigua.
                    Concurria despues al Santo Sacrificio de la Misa que se decia en una
            Capilla que se havia formado de unos palos con la techumbre de varias man-
            tas, que tendria 20 o 25 varas de largo, y su ancho respectivo donde estaba
            colocado el Santisimo Sacramento, y se tenia adornada con varias Ymagenes
            que extrageron de las Yglesias Parroquiales de la Ciudad, y de un organo q’
            tambien se tenia puesto en ella de firme: asi mismo un Docel, una Silla, y
            unas almohadas que suplían los cojines, propio lugar donde asistia Catari, y
            a un lado su Muger: siguiendose en otros asientos los Oidores, Embaxado-
            res, y demas sequaces en forma y conformidad de que se les ministraban los
            cumplidos ceremoniales. Y como de proposito estuviese puesto un espejo de
            media vara delante de aquel Docel, en el discurso de la Misa se miraba en él
            de continuo, y se ponia a hacer visajes y tales demostraciones, que mas pare-
            cia asunto risible que no lo que ellos fomentaban acia el mayor culto; y lo que
            era mas digno de notarse es que en la misma hora entretejia aquellos visajes
            con las monerias que hacia de sacarse del bolsillo un cajoncito de plata que
            siempre cargaba consigo, el qual abierto un tanto miraba adentro, y al punto
            lo cerraba, y tambien de quando en quando se lo aplicaba al oido, dando a
            entender a todos que segun lo que se le comunicaba por medio del cajoncito,
            todo lo sabia, y no era capaz de errar en prosecucion de su empresa, pues aun
            llegaba a proferir que el mismo Dios le hablaba asi al oido.
                    Acabada que era la Misa, y despues de haber concurrido a ella quantos
            Sacerdotes habian con sus sobrepellices, y Estolas, salia de la capilla echando
            bendiciones, y preguntando él a los Sequaces: Quien vive? Respondian todos:
            Tomas Tupac Catari, Rey Inga, lo que repetian muchas veces con algazara, y a
            son de Caxas y Clarines hasta que llegaba a su Palacio, donde seguian aquellos
            Pribados haciendo las genuflexiones de besarle la mano lo que acostumbraba
            toda especie de gentes con él, con su Muger incandoles las rodillas. De esta



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