Page 77 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            setecientos ochenta y uno.— Excelentísimo Señor.— Besa la mano de Vuestra
            Excelencia su mas reverente servidor y seguro Capellán.— Juan Manuel Obis-
            po del Cuzco.— Excelentísimo Señor Don Agustín de Jáuregui. Es copia de su
            original.— Doctor Frias, Secretario.—


                    (Al margen: Otra carta de Su Ilustrísima)
                    Excelentísimo Señor.— Muy Señor mío: He recibido la de Vuestra Ex-
            celencia de veinte y seis de diciembre próximo pasado y con ella los diez y seis
            ejemplares del bando dirigido a retraer los incautos de la infame parcialidad
            del rebelde Tupa Amaro y precaver el contagio en que podían peligrar otros,
            seducidos del engaño que grasa en el día; esta providencia autorizada por la
            respetable superioridad de Vuestra Excelencia, sin duda servirá de remedio
            para contener el mal que por instantes crece y a fin de que llegue a noticia de
            los indios facilitaré su promulgación, según lo previene Vuestra Excelencia.
            Todos estos arbitrios son necesarios, para que haga sensible la malignidad
            del insurgente, que ha querido aparentar sus torcidas intenciones a fin de lo-
            grar los efectos de su ambición.— Nuestro Señor guarde a Vuestra Excelencia
            muchos años.— Cuzco y enero cuatro de mil setecientos ochenta y uno.—
            Excelentísimo Señor.— Besa la mano de Vuestra Excelencia su mas reverente
            servidor y seguro Capellán.— Juan Manuel Obispo del Cuzco.— Excelentísi-
            mo Señor Don Agustín de Jáuregui.— Es copia de su original.— Doctor Frias,
            Secretario.

                    (Al margen: Carta del Señor Virrey)
                    Ilustrísimo Señor.— Muy Señor mío: Las críticas y graves actuales
            ocurrencias consiguientes al levantamiento del Cacique de Tungasuca José
            Gabriel de Tupa Amaro y a sus atrevidas ideas, auxiliadas del poder que le han
            adquirido sus ardides y suposiciones de que se ha valido han dado mérito a las
            mas serias providencias y considerándose que la grande distancia en que está
            de esta capital la del Cuzco, puede hacer inoficiosas las ulteriores que conven-
            ga librar según lo exijan los casos y accidentes: Se ha tenido a bien que pase a
            ella como lo ofreció a impulsos de su celo el Señor Visitador y Superintenden-
            te General de Real Hacienda Don José Antonio de Areche, del Consejo de Su
            Majestad en el Real y Supremo de Indias, y en su consecuencia le hé delegado
            las facultades que en mi residen para el restablecimiento de la tranquilidad
            de la Provincia de Tinta y de otras igualmente conmovidas y sublevadas por



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