Page 81 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            chero, Anta y Surite, y sus fieles caciques, al comando del Inspector Don Ma-
            nuel de Villalta, para que unidos con aquellos atacasen a los rebeldes; pero
            entretanto se conducía ésta se vinieron a la ciudad Don Lorenzo Pérez de Le-
            chuga, Don Pedro Cienfuegos, gobernador de Paucartambo, y Don Pablo de
            Astete, que hacían de jefes; los nuestros abandonaron el puesto, los de Paucar-
            tamho regresaron a su pueblo, los demás se pasaron al puente de Urcos sin
            orden y los enemigos que se vieron sin contención pasaron a quemarlo, como
            lo hicieron sin resistencia, y así se frustró en el todo, esta expedición la mejor
            premeditada y que prometía un éxito sino decisivo, muy útil a nuestras ar-
            mas.— Por otra parte el Corregidor de Paruro con su tropa provinciana ha
            tenido que combatir a otras partidas de indios enemigos, que hostilizaban sus
            pueblos; los nuestros arruinaron a Qqueguar, anexo de Rontocán, de la Pro-
            vincia de Quispicanche, el primero de el que corre, ganando la serranía de
            Acopia, desde donde mataron ciento y cincuenta, escapando solo quince de
            aquel pueblo, al que abrazaron el mismo día precipitados del furor contra la
            tenacidad de los rebeldes, dejando sólo a salvo la iglesia y casa parroquial, y
            sacando antes todos los víveres y ganados que allí se habían acopiado de siete
            pueblos. Ayer a las doce del día, recibieron carta del Ayudante de Omacha,
            con noticia de que el Capitán y Cacique de este pueblo, lo mataron los enemi-
            gos y que vuelven a invadir a Paruro en mayor número de las provincias de
            Chumhivilcas y Tinta, y hallándose sin las correspondientes fuerzas de resis-
            tencia, la dicha provincia fiel de Paruro, vino a ésta enviado del Corregidor el
            Cura de Colcha, Don Feliciano Paz, a pedir auxilio y sino se le ministra pron-
            to me recelo alguna fatalidad. Este es el estado que tenemos de presente, que-
            dándonos los justos temores de que las maquinaciones enemigas reproduzcan
            con más fuerza la invasión de Paucartambo y otros pueblos, que será difícil
            atajar con estos adversos contingentes.— Al escribir esta ha parecido en mi
            casa una carta escrita por el Cura de Pitic en que da noticia de que Josef Tupa
            Amaro se halla en las inmediaciones de aquel pueblo, con intención de visitar
            al Cura de Mara amigablemente, fundado en el parentesco de afinidad que
            con él tiene y los demás curas piensan aprovecharse de la ocasión y sorprender
            con bastante tropa que tienen al indio, a quien sólo acompañan tres mil, sien-
            do mayor número el de los aliados, acaso se servirá Dios de aquel instrumen-
            to que nos parece tan débil para dar fin a tanta inquietud ofensiva de la reli-
            gión, de la Corona y del común establecimiento. Nuestro Señor guarde a
            Vuestra Excelencia muchos años. Cuzco y febrero cuatro de mil setecientos



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