Page 79 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            el efecto, reprodusco mis oficios a los curas y ministros eclesiásticos, y tengo
            la satisfacción de que con su voz y ejemplo esfuerzan la debilidad de los que a
            cada paso se ven zozobrar de las violentas irrupciones del tirano.— Tan efica-
            ces han sido estos medios, que a ellos debemos no se hayan corrompido con el
            fermento maligno todas las provincias; de esto tenemos demostrables argu-
            mentos y también del odio que se han concitado muchos curas y eclesiásticos,
            que abiertamente se han opuesto a la conjuración y sería cansar demasiado la
            atención de Vuestra Excelencia, hacer prolija descripción de los sucesos que
            confirman esta verdad y algo se descubre de sus informes que he dirigido y de
            los que ahora acompaño a Vuestra Excelencia en testimonio: iguales docu-
            mentos he pasado en todos los correos y expresos particulares al expresado
            Señor Visitador, para que les sirva de gobierno, con lo que queda satisfecho el
            contexto de la segunda de Vuestra Excelencia.— Y porque en la citada de tres
            de enero me ordena Vuestra Excelencia le comunique cuantas noticias ad-
            quiera para su inteligencia en materia de tanta gravedad no me resta más que
            exponer después de mis anteriores, que los acontecimientos siguientes: el re-
            belde se asegura ha hecho su fuerte en la Capital de Tinta, desde donde por
            medio de sus comisionados incita a su partido las provincias; todos se le rin-
            den o por fuerza o por voluntad, y los que tienen ánimo para resistir sus ideas
            experimentan atroz muerte o a lo menos prisión y secuestro de bienes: de esta
            suerte hace formidable su facción y piensa regresar al Cuzco, como lo acredi-
            tan los bandos que mandó publicar en la Provincia de Chumbivilcas empla-
            zándolos con graves penas para estos altos: la esperanza nuestra la tenemos
            puesta en Dios, porque quien nos libró del primer aprieto nos sacará del se-
            gundo que se intente: El auxilio de tropa con armas y municiones y abundan-
            tes pertrechos de guerra, que nos vienen con los señores Visitador General e
            Inspector, hoy le hacemos recién saliendo de Huamanga, según lo que nos
            escriben y siendo tan instante la necesidad, no sé si vendrá a tiempo oportuno
            de socorrernos.— Entretanto los nuestros hacen su deber como ofrecen las
            circunstancias para contener las invasiones de los enemigos. El veinte y cinco
            del pasado en la quebrada de Calca, que se ha hecho el teatro de la guerra y de
            cuya Provincia sólo han quedado muy cortos fragmentos, se destacó un grue-
            so de tropa nuestra al comando de Don Isidro Gutiérrez, del habito de Santia-
            go, acompañó esta expedición el Cacique de Chinchero con sus indios fieles, a
            quien debemos cuasi cuantos felices sucesos han tenido nuestras armas, tomó
            éste por los altos y en una estancia llamada Coror encontró multitud de indios



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