Page 724 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
por recobrar sus intereses con mayor fuerza? Se ha publicado en esa ciudad
y en otras partes la real cédula de que no haya mas repartos, y segun cartas
que se han visto en estos lugares, han pedido para retorno de este beneficio
el reprimirnos á fuego y sangre; el matarnos como á perros sin los sacramen-
tos necesarios, como si no fueramos cristianos; botar nuestros cuerpos en los
campos para que los coman los buitres; matar nuestras mujeres é hijos en los
pechos de sus madres! ¿Robarnos es el modo de atraernos á la paz y á la réal
corona de España? ¡Qué cosa tan estraña es y distinta de la real mente lo que al
presente se practica! ¿Echar edicto de perdon para unos y castigos para otros,
es el modo de sosegar los pueblos?
No es sino causar mayor encono y alboroto á sus moradores; por que
como en los pueblos unos á otros se dan la mano, unos y otros llegarán á fo-
mentarse.
Para continuar el fomento contra las provincias; han echado la voz de
que nosotros queremos apostar de la fé, negar la obediencia á nuestro monar-
ca, coronarme, volver á la idolatría: celebraría en mi alma de que los correji-
dores dieran pruebas convincentes de estos tres puntos: mas de ellos afirmaré
que son apóstatas de la fé y traidores á la corona, segun los puntos siguientes:
Ellos se oponen á la ley porque del todo desechan los preceptos santos del
decálogo: saben que hay Dios, y no lo creen remunerador y justiciero, y sus
obras nos lo manifiestan: ellos mismos desprecian los preceptos de la Iglesia y
los santos sacramentos, porque vilipendian las disciplinas y penas eclesiásti-
cas; tienen todo, y lo aprenden como meras ceremonias ó ficciones fantásticas:
ellos nunca se confiesan, porque están con el robo en la mano, y no hallan sa-
cerdote que los absuelva. Apenas oyen misa los domingos con mil aspavientos
y ceremonias, y de ellos aprenden los vecinos su mal ejemplo: ellos destierran
á los fieles de las Iglesias, mediante sus cobradores y corchetes, para que los
indios y españoles se priven del beneficio espiritual de la misa: se ponen de
atalayas en las puertas de las Iglesias para llevarlos á la cárcel, donde se man-
tienen dos ó tres meses hasta pagarles lo que deben: ellos violan las Iglesias:
maltratan sacerdotes hasta hacerles derramar sangre, menosprecian las sagra-
das imágenes: privan los cultos divinos, pretextando que se empobrecen; y no
es sino porque sus intereses no se atrasen: ponen reparo á los párrocos vigi-
lantes y timoratos con sus pláticas y sermones, para que el fervor de los fieles y
cumplimiento de los preceptos de Dios no se perturben y resfrien en ellos con
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