Page 702 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
a un Francisco de Torres, natural de Pilpinto, insigne alhaja; y otro Felipe Miguel
Bermúdez, en la confianza y satisfacción del vil tumultuario Tupa Amaro; éste nos
asegura entregarnos todas las alhajas, tejos de oro, plata sellada, barras y vestidos
que tiene aquel traidor escondidos en un zocabón que dice haber hecho de intento
para este efecto, una legua distante de Tungasuca; y que en una cueva inmediata
a este sitio, tiene dispuesto el Tupa Amaro, su mujer, esconderse si se hallasen
derrotados de los nuestros, como parece que se verifica, según noticia que acaba-
mos de tener por el Cura de Pomacanche, diciéndonos haberse ya acogido a su
patrocinio varios pueblos inmediatos, pidiendo misericordia; en cuya atención
les hemos remitido a sus sobrinos don Pablo Luis de Cabrera y su hermano Don
Manuel, Curas de Airiguanca y Pituguanca, para conducir toda aquella gente al
pendón y asegurarnos si es cierto, que el infeliz Tupa Amaro anda ya derrotado
y fugitivo con su mujer y familia, intentando retirarse a los andes de Carabaya.
Nosotros caminamos hoy día de la fecha para Sangarará, de donde distamos tres
leguas, habiéndose conseguido en todo ayer, pasar el río por las balzas de Pilpinto,
como tenemos impartido a Vuesa Señoría Ilustrísima, cuya vida rogamos a Nues-
tro Señor guarde de muchos y felices años.— Campo de Acomayo y abril siete de
setecientos ochenta y uno.— Besamos las manos de Vuesa Señoría Ilustrísima, sus
más humildes súbditos y capellanes.— Tomás Manuel de Gorvenia Mollinedo y
Larrea.— Juan Carlos García.— Francisco Montejo.— Juan Antonio Palacios.—
Pedro de Santisteban.—
(Al margen: Posdata).
Ilustrísimo Señor Doctor Don Juan Manuel Moscoso y Peralta.— La car-
ta antecedente fue firmada solo del Cura de Guayllate y Cuillurqui, por estar los
demás divididos por el río.— Ut supra.—
(Al margen: Otra del Cura de Pirque Doctor Don Francisco Aldasabal).
Ilustrísimo Señor y toda mi veneración.— Después que tuve un quince-
nario de una pócima amarga, con haberse alojado Miguel Bastidas en el pueblo de
Corma en consorcio de varios pícaros revolviendo los demás pueblos, saqueando
y enviando presos a Tinta a los que fueron conmigo a Yanacocha: Asomó por Pil-
pinto el ejército de ambas columnas, Cotabambas, y Paruro, donde fueron con los
indios de Corma a dar guerra y escapando, se mudaron, y el día seis vino la gente
toda a pedir a la fía, echando la culpa a Bastidas y luego caminé al Pueblo de Acos
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