Page 700 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
correspondiente conducen en esta oportunidad de parte de los señores coman-
dantes, el Teniente de Capitán Don Manuel de Prudencio Martínez y de parte
nuestra el Licenciado Don Juan Antonio Palacios, Cura de la Doctrina de Mara.
Toda esta noche del día cinco continuamos en el transporte de la gente a la otra
banda, para seguir luego nuestra derrota a Tinta, al general ataque del principal
rebelde, que discurrimos será dentro de dos o tres días, esperando en la divina
providencia que nos continuará el feliz éxito que llevamos hasta aquí, como el que
guarde la vida de Vuesa Señoría Ilustrísima muchos y felices años.— Campo de
Pilpinto y abril cinco de mil setecientos ochenta y uno.— Después de escrita ésta,
determinaron los señores comandantes, que el conductor de los presos referidos
no fuese Don Juan Antonio Palacios, por la falta que pudiera hacer y que en su lu-
gar fuese el Licenciado Don José Rios, Cura de Pampacucho. Besamos las manos
de Vuesa Señoría Ilustrísima sus más humildes súbditos capellanes.— Juan Carlos
García.— Francisco Montejo.—
(Al margen: Otra).
Ilustrísimo Señor Doctor Don Juan Manuel de Moscoso y Peralta.— Ilus-
trísimo Señor.— Señor: La favorecida que acabamos de recibir de Vuesa Señoría
Ilustrísima, con fecha de dos de abril nos deja llenos de complacencia al ver, que
la conducta y operaciones de nuestra columna, habían sido de la satisfacción de
Vuesa Señoría Ilustrísima, del Señor Visitador General y del público; dando gra-
cias a la divina omnipotencia, que como causa suya la ha dirigido con tan felices
aciertos: Y a Vuesa Señoría Ilustrísima como afecto de sus continuas inspiracio-
nes, que al paso que nos han estimulado a tan alta empresa, han sido y son en
nuestras resoluciones de tan gran consuelo y auxiliar báculo, que nos han pare-
cido delicias los afanes y apariencias los peligros. Iguales singulares expresiones
hemos recibido sobre este asunto del Señor Visitador General y han recibido el
Señor Comandante Don Domingo Mannara y nuestro Teniente Coronel Don
Francisco Laysequilla, en cuya carta dirigida a estos señores (hablando a Vuesa
Señoría Ilustrísima con la satisfacción que debemos a sus ilustres favores) ha ad-
vertido notablemente nuestra integridad y debida justicia el que aquel Señor colo-
que entre los aplausos a esta columna, en tercer lugar a nuestro amado Corregidor
Don José María de Acuña y totalmente se desentiende de nuestro igual dilecto el
Doctor Don Julián Capetillo, Teniente Coronel y Auditor de Guerra de esta expe-
dición; siendo ciertísimo y notorio a cuantos asistimos en este congreso que real y
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