Page 596 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
P. 596

Volumen  3
                                                                         Inicio de la rebelión
            que iban a dicho pueblo llamados del Corregidor, y que a este se le iba a ahor-
            car, por haber hecho dos muertes. Que siguió su camino y llegó al pueblo de
            Tinta y pasó al estanco a comprar cigarros y que vio que el dicho estanquero
            tenía en la mano un papel, que llegó un cacique y le preguntó a dicho estan-
            quero, que novedad tenemos, y que le respondió que el señor Corregidor le
            había escrito aquel papel, encargándole notificase a los caciques, fuesen con
            sus indios y los españoles al pueblo de Tungasuca. Que siguió su camino hasta
            el pueblo de Sicuani, que llegó el viernes diez de éste a mediodía, que le pre-
            guntaron las gentes que novedades había oído el declarante del Corregidor,
            porque los caciques, indios y españoles habían sido llamados por él, y que
            estaban cuidadosos a los cual le respondió que había oído los dos pasajes que
            lleva referidos. Que en la noche del mismo día llegaron noticias de que había
            ahorcado a su Corregidor por orden del Rey, de que hacían mucho sentimien-
            to, porque habían experimentado en él mucha bondad y otras circunstancias y
            que el juez de esto fue el cacique de dicho pueblo de Tungasuca Don José Tupa
            Amaro; pero que lo disculpaban respecto de que había sido orden del Rey que
            así lo había hecho creer el dicho Cacique; que al día siguiente sábado, pasó a
            ver a una mujer de un soldado de los que asistieron a la tragedia y que le co-
            municó al declarante, que su marido había contado todo el Suceso y que había
            oído publicar bandos en el dicho pueblo de Tungasuca por mandado del dicho
            Cacique, a fin de que no se pagasen tributos por indios, sino lo que buena-
            mente pudieren y que no pagaran alcabala, ni aduana y que ya no fuesen a la
            mita de Potosí, que iban ahora a destruir el obraje de Pomacanchi y lo mismo
            otro obraje nombrado Paropucio de la misma jurisdicción, que tenían presos
            a varios sujetos dependientes del Corregidor y que ha oído decir también que
            a un Don Bernardo de la Madrid, dueño o arrendatario del dicho obraje de
            Pomacanchi lo tienen también preso; y que también oyó decir en dicho pueblo
            de Sicuani que el dicho Cacique Tupa Amaro, decía que tenía orden de Su Ma-
            jestad para mandar ahorcar a otros seis corregidores de estas provincias y más
            si pudiese y que esta es la verdad so cargo del juramento que hecho lleva en
            que se ratificó siéndole leído esta su declaración, que no le tocan las generales
            de la ley y que es de edad de veinte y cuatro años y lo firmó conmigo y testigos
            con quienes actuo judicialmente a falta de escribano.— Lorenzo Zata y Zubi-
            ria.— Antonio Tomás de Mendoza.— Pedro de Béjar.— Domingo Mango.







                                               595
   591   592   593   594   595   596   597   598   599   600   601