Page 504 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            para que ello conste, doy el presente de mandato verbal del señor Corregidor
            en esta ciudad del Cuzco en veinte y uno de noviembre de mil setecientos y
            ochenta años, siendo testigos Don Toribio Cano y Melchor Ayesta presente.—
            En testimonio de verdad.— Un signo.— Tomás de Villavicencio.— Escribano
            de Su Majestad y Público.


                    (Al margen: Bando).
                    Don Fernando Inclán y Valdez del Orden de Santiago, Teniente de Ca-
            pitán General, Corregidor y Justicia Mayor de esta ciudad y su jurisdicción
            por Su Majestad, etcétera.— Por cuanto se sabe que la malicia y astucia con
            que el traidor José Tupa Amaro ha alucinado a la gente que encuentra, con la
            suposición de tener cédula de Su Majestad y las promesas falsas que ha hecho
            de la libertad de pagar tributos y demás derechos reales; persuadiendo tener
            permiso para matar a los señores corregidores, arruinar obrajes y extinguir
            los ministros de reales rentas, para arrastrar, como se dice que ha arrastrado,
            alguna gente a su partido, la que tal vez creída, por su rudeza, en las cédulas
            ficticias y en las demás maquinaciones expuestas sigue inadvertida al traidor.
            Por tanto y atendiendo a que nuestro Rey y Señor (que Dios guarde) es todo
            piedad y amor a sus vasallos, y la lealtad con que estos están obligados por
            tantos títulos a la defensa del estado, de la religión y subordinación, de que
            dependen precisamente los importantes fines de nuestra conservación, tran-
            quilidad y salvación; además de que no se debe ocultar a nuestra reflexión que,
            así como se ha atrevido a manifestarse traidor a nuestro Soberano, se mostrará
            después también ingrato y rigoroso contra los mismos que hoy, por ignoran-
            tes o coactos, le siguen, pues, se sabe que todo su encono se dirige contra
            españoles y mestizos; lisonjeando a éstos para que le ayuden a acabar con los
            primeros (si puede), sin reconocer la suma dificultad de este proyecto, pues,
            presume verificar para que libre de la poderosa oposición que le hacen, le sea
            fácil exterminar a dichos mestizos. Debía declarar y declaro indulto en nom-
            bre de Su Majestad y bajo de su real palabra y protección inmediata de perdón
            general, para todas y cualesquiera persona que hayan delinquido en tener co-
            rrespondencia, trato y comunicación con dicho José Tupa Amaro, por escrito
            o de palabra, en esta ciudad o en las demás provincias de este reino, sobre la
            presente conspiración; con tal de que si tuvieren algún papel o expreso, desde
            la publicación de este edicto en adelante, lo presenten en el Real Fuerte de esta
            ciudad y su Junta de Guerra, según por ella y por mí como jefe principal, está



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