Page 461 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            se franquearán al servicio del Rey nuestro Señor, todas las facultades del clero
            secular y regular sin reserva de la plata labrada de las iglesias o lo que fuese del
            superior arbitrio de vuestra ilustrísima. Estudio, enero seis de mil setecientos
            ochentiuno.— Doctor Iturrizarra.


                    (Al margen: Auto).
                    Cuzco y enero siete de mil setecientos ochentiuno.— Sin embargo de
            lo que exponen el Promotor Fiscal en su vista antecedente dese comisión al
            señor doctor don José Pérez, canónigo penitenciario de esta santa iglesia para
            que en atención a las presentes urgencias, en que es tan justo y laudable el
            mutuo o préstamo que se pretende para subvenir a los gastos de la guerra y
            defender los dominios de Su Majestad, pase inmediatamente a los conventos
            y monasterios de esta ciudad y con previo requerimiento a los prelados, haga
            el correspondiente reconocimiento de los caudales que tengan en sus arcas de
            depósito o sean de principales de fundos o de réditos, asentando la diligencia
            a continuación del despacho que se librare separadamente, entendiéndose la
            que respecta al monasterio de Santa Clara con el reverendo padre maestro
            fray Mauricio Maldonado, como vicario inmediato y con la madre Abadesa. Y
            por lo que hace a la caja de depósitos de obras pías, certifique el notario Alejo
            Pineda las cantidades que en ella existen y hecho traígase todo para proveer.—
            El Obispo.
                    (Al margen: Proveimiento).
                    El ilustrísimo señor doctor don Juan Manuel de Moscoso y Peralta,
            dignísimo Obispo del Cuzco, proveyó y mandó el auto de suso, doy fe.— Doc-
            tor José Domingo de Frías.— Secretario.


                    (Al margen: Carta del Comisario de Guerra).
                    Ilustrísimo señor.— Muy venerado señor mío: Acabo de recibir la no-
            ticia de que vuestra señoría ilustrísima se digna pasar a esta comisaría de mi
            cargo por su, oficio de ayer primero del corriente, con la de haber recibido
            el señor tesorero de esta caja, setecientos noventa pesos, uno y medio reales,
            por último resto del donativo del estado eclesiástico, con más dos libranzas de
            los señores curas de San Jerónimo y Pucará, por la sesión de sus sínodos. El
            primero de quinientos pesos y el segundo de mil quinientos cincuenta, cuyas
            tres últimas cantidades hacen la de veintinueve mil setecientos noventinueve
            pesos, siete reales, que quedan anotados en el libro principal de asiento de



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