Page 369 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            el peligro tan manifiesto en que estabamos, más que ningún otro pueblo a
            vista del ejemplar de los de la Provincia y sucesivamente estar repitiendo sus
            amenazas, sólo por lograr el prenderme, como me lo han asegurado y entre
            ellos uno de los portadores, que ambos son caciques de los más principales, de
            quienes se cerciorará su Señoría Ilustrísima todo lo acaecido hasta el presente;
            por cuyo motivo al cerrar la noche salí, estimulado de muchos a pie, más de
            dos leguas, que es una estancia de donde expongo mi total riesgo, de no haber
            humanamente recurso de ningún auxilio y haber tomado tanto incremento en
            sus designios tan depravados este indigno traidor; y lo mismo se dice, que a
            los regimientos los tiene derrotados o destruídos, según el vulgo, aunque con
            alguna equivocación, sin podernos individuar sobre esto, a causa de poner
            centinelas en todos los tránsitos del camino para el pueblo de Sangarará y no
            querer por este temor ninguno a evidenciarse del asunto. La carta de Vuesa
            Ilustrísima para el Doctor Antonio López, por asegurarme mas, la remití con
            persona de mi satisfacción, que lo fue un sacerdote, que es el Licenciado Don
            Gregorio Paredes, quien no acaba de asomar con la respuesta, lo que me tiene
            con bastante zozobra, para participar a la soberana orden de Vuestra Señoría
            Ilustrísima por muchos años, lo que he menester. Huayllahuaylla noviembre
            diez y nueve de mil setecientos ochenta.— Besa las manos de Vuesa Señoría
            Ilustrísima, su mas rendido siervo.— José Melquiades Fernández de Córdova.—
                    (Al margen: Respuesta)
                    Por la que he recibido de Vuesa Merced su fecha diez y nueve del que
            corre, no he podido menos que extrañar el que Vuesa Merced, haciendo ilu-
            sorias mis providencias, se haya pasado a Huayllahuaylla, desamparando su
            Doctrina en unas circunstancias, que como tengo a Vuesa Merced dicho en
            mi antecedente, exigen mas que nunca la residencia personal del Pastor, que
            debe poner su alma por sus ovejas, para no dejarlas perecer al tiránico rigor
            del lobo rapaz: En esta atención, al instante que Vuesa Merced vea esta, debe
            ponerse en camino para el Pueblo de Quiquijana, que es su capital, donde
            mando a Vuesa Merced pena de excomunión mayor, se mantenga esperando
            las órdenes que nos pareciese convenientes.— Dios guarde a Vuesa Merced
            muchos años. Cuzco y noviembre veinte de mil setecientos ochenta. De Vuesa
            Merced afecto.— El Obispo del Cuzco. Señor Vicario Don José Melquiades.—
                    (Al margen: Subscripción)
                    Concuerda esta carta con su original de donde se sacó. Cuzco y noviembre
            veinte de mil setecientos ochenta.— Doctor José Domingo de Frias, Secretario.—



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