Page 274 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
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            debilidad de estos acostumbrados a exparcir sus quejas en llantos, sin acertar
            a unir sus•pensamientos: No obstante tomé con cautela patrullar de hora en
            hora la ciudad, evitando número de gente, pues siendo  éste copioso, seña
            apresurar al enemigo o tenerlo de su parte, por nohaber mayor seguridad en
            su constancia; pasados días fueron tan repetidas las voces y amenazas por pa-
            peles, pasquines y tertulias, que me pusieron en todo el cuidado y agitándome
            en el recelo, llamé a los Coroneles de estos regimientos de esta provincia y
            determiné se pusiese a frente de las cajas que se hallan en las casas de•este
            cabildo una guardia, así de los oficiales, como de personas principales y reco-
            nocidas de esta ciudad a proporción de la satisfacción, que ofrecía en aquel
            caso; pues nos hacían ver por pasquines, que el mayor número de gente plebe-
            ya, estaría no muy constante al lado de nuestra fiel guardia. Igualmente previ-
            ne, que un cierto número de Caballería, mirada con seguridad y escogida,
            patrullarse de hora en hora por lo interior de la ciudad y alguna otra partida
            explorase por la parte exterior de ella, por ser ciudad abierta.— Percibí tam-
            bién, que los naturales o indios sembraban sus quejas por las extorsiones, que
            padecían de los camineros: Aislado por todas partes con funestos avisos, que
            amagaban esta ciudad y los perjuicios, que me hacían presente los indios, pre-
            ocupada mi idea, en las incomodidades de estos podían acceder a la mayor
            parte de la alteración, resolví llamar a los caciques y mandones de las parro-
            quias de este distrito y presentándoseme todos, con una gran parte de nobles
            ingas, llamé en este acto a los oficiales reales y receptor, que manejan la adua-
            na, a los camineros, e hice ver a todos estos, que por ningún pretexto faltasen
            a las prerrogativas y excepciones, que el Rey les concede a los indios, como es,
            no cobrarles alcabalas de sus propios efectos, como de los de su industria y
            que de hacerles algún perjuicio, me vería en precisión de hacer algo ejemplar
            con ellos. Esta idea alivió en parte a los indios, pues pasando a hacerles ver
            debían unirse conmigo a la fidelidad del Rey y que no podrían encontrar otro
            soberano mas benigno y piadoso, ni otro que les diese mas franquezas, sumi-
            sos, explicando su fidelidad se despidieron. A los tres días de este acto se me
            presentaron con un escrito, haciendo ver eran constantes en la fidelidad del
            Rey y pidiendo se les señale sitio para la guardia, como también les concedie-
            se llamase a cabildo para el día tres de abril en donde querían hacer ver por
            escrito ser fieles vasallos de nuestro Monarca (cuyo escrito se despachó a la
            superioridad) en estas intermisiones hice ver a todos estos señores, que con-
            curren a la guardia, que respecto de ofrecerse algunos gastos, aunque cortos



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