Page 272 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
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            y se dice ha hecho fuga a Paucartambo y más adelante, que es el estado que
            tienen las cosas de presente, siendo cierto, que los indios se hallan en una
            tranquilidad inalterable, sin que se haya advertido la menor novedad en la
            solución de sus tributos, en el cumplimiento de sus deberes y en la subordina-
            ción al Monarca y obediencia a los superiores, que les inspiran los curas reen-
            cargados por mí repetidas veces, a que no pierden de vista este recomendable
            objeto, que hace todo el fondo a la sociedad y al carácter de fieles vasallos y
            en que se han esmerado particularmente los curas de las ocho parroquias, que
            circundan este centro; de forma que en sus feligresías no se ha notado el más
            leve movimiento, por cuio motivo les ha sido mas sensible el que un escrito,
            que presentaron los caciques indemnisándose de cualquiera siniestra suputa-
            ción, hubiese recabado la malicia de algunos espíritus cabilosos, mezclas en
            expresiones denigrativas contra su conducta, atribuyéndoles exacciones in-
            debidas de ovenciones y otras contribuciones ante Juez incompetente, como
            lo es el Corregidor sobre que le he corrido un oficio a fin de que se me remita
            aquel expediente para poner remedio en los excesos, que se les justificaren y
            no habiendo tenido efecto, escusándose con frívolos pretestos, me hallo en
            la necesidad de repetir exhorto, para que no quede vulnerada la jurisdicción;
            de cuyas resultas informaré individualmente a Vuexelencia en ocasión más
            oportuna.— Nuestro Señor guarde a Vuexelencia muchos años. Cuzco y abril
            treinta de mil setecientos ochenta.— Excelentísimo Señor.— Besa la mano
            de Vuexelencia su más reverente servidor y seguro Capellán.— Juan Manuel
            Obispo del Cuzco.—

                    (Al margen: Decreto)
                    Lima veinte y dos de mayo de mil setecientos ochenta. Hágase la con-
            testación correspondiente, reencargando al Señor Obispo del Cuzco, aplique
            toda su autoridad e influjo en contribuir a la cabal quietud de los movimientos
            de dicha ciudad, perjudiciales a la debida subordinación y a la causa pública y
            al mismo tiempo a que todos aquellos vecinos conspiren al mejor servicio de
            Dios y del Rey, evitando las particulares disensiones, que dan ocasión a que
            se dificulte el logro de fin tan importante y agréguese esta carta a los autos.—
            Guirior.— Ureta.— Otra rubrica.—


                    (Al margen: Carta del Cabildo)
                    Excelentísimo Señor.— En las cartas de Vuexelencia de veinte y



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