Page 243 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
servirá mandar no se pensione a ninguno de cuantos vivan de puertas aden-
tro de esta casa, para que alernativamente podamos hacer en ella el servicio
del Rey y que tanto se interesa la fe pública.— Este oficio le será entregado
a Vuexamerced por el Escribano de la Real Hacienda, para en todo tiempo
hacer constar el honor y celo con que procedo en este punto, que tengo bien
acreditado en todos los demás de los ministerios que ejerzo.— Sino tuviera
sobre mí tan precisa obligación yo fuera el primero que pasara a presentarme
a Vuexamerced a pedirle un fusil y puesto donde hacer el servicio en defensa
del Rey, de la religión y de la patria; pero esto mismo ejecutaré en esta Real
Administración de mi cargo, hasta rendir el último aliento. Nuestro Señor
etcétera.—
(Al margen: Carta)
Excelentísimo Señor.— Señor hallándose amenazada de motín esta
ciudad y administraciones que el Rey tiene en ella para ocurrir al seguro de
esta de Correos de mi cargo, pasé al Corregidor de esta ciudad el día veinte y
siete de marzo el oficio que en copia acompaño, al que hasta hoy me ha con-
testado por escrito.— Las guardias las voy siguiendo con la gente que vive de
puertas adentro de esta casa, pero al Sargento Mayor Don Francisco de Lay-
sequilla y a Don Gaspar de Miranda, se les conmina a que sigan en las casas de
cabildo.— La custodia de esta administración la tengo por indispensable, por
que verificada la irrupción, cuando se ocurriese de la gran guardia a su auxilio,
ya seria irreparable el daño. Ni se entienda nazca este esfuerzo por eximirse de
hacer la guardia por mi mismo en el cabildo, por que no teniendo Vuexelencia
a bien esta mi determinación estoy pronto a hacer el servicio con un fusil en la
parte y lugar que se me ordene. Lo que me sería mas suave, pues aquella será
con alternativa, pero ésta es irremisiblemente diaria.— Para habilitar de armas
a toda mi gente doy orden en este correo a don Juan de Tresierra, comercian-
te de España en esa capital, me compre de mi peculio un cajón de escopetas
con sus bayonetas, dos pares de pistolas y seis docenas de piedras, por tener
algunas otras armas de mi uso. De este modo contemplo se ponga respetable
esta Administración y los que la cuidamos tendremos alguna satisfacción en
la defensa.— Las armas doy orden se me remitan precisamente al regreso de
este correo, sobre que espero no se descuidará el amigo del encargo y si hu-
biese alguna dificultad en que el correo del número las condusga, suplico a
Vuexelencia me mande allanar cualesquier tropiezo.— Espero del honor que
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