Page 699 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            seguí con gusto sus huellas, porque á más de que en este asunto debe ser la
            principal obligacion de los prelados, patronato y gobierno, conocí las sinies-
            tras interpretaciones con que se malquistaria el celo de la visita si lo promovia,
            y que serian inútiles sus esfuerzos, porque segun la experiencia que traia de
            Potosí, donde agité este negocio, jamas se conseguirá arreglarlo, si la soberana
            autoridad del Rey no expide órdenes muy estrechas á la junta ó personas que
            especialmente comisione, con el lleno de facultades necesarias para examinar-
            los, oyendo con precaucion á los curas interesados, pues en lo general estamos
            viendo, y yo lo toqué así, porque sus declaraciones no dan para mantenerse
            sin el sínodo aquellos curatos ó beneficios, que, por otra parte, sabemos enri-
            quecen á sus poseedores y les valen muchos miles, con cuya consideracion se
            pretenden con ánsia en los concursos, sin que sea fácil declarar judicialmente
            esta paradoja, que en el práctico conocimiento del reino penetran muy á fon-
            do los que con imparcialidad, justicia y buen celo desean su reforma.
                    Fomento del cuerpo de minería, su arreglo y actual estado, con las pro-
            videncias que se han dado en cumplimiento de los artículos 35 y 36 de la Ins-
            truccion de visita.- Otra hay no ménos interesante en lo político, que es la del
            cuerpo de mineros y azogueros, y como no podia ocultarse al piadoso corazon
            del Rey y discreto celo con que V. E. promueve la felicidad de sus dominios,
            que la de esta América depende de la de aquel gremio, fué éste un objeto que
            en pocos renglones de los artículos 35 y 36 de la Instruccion de visita mereció
            mas atenciones que en los artículos precedentes, y aunque no podré dilatarme
            como quisiera por la brevedad con que me he propuesto hablar en este infor-
            me, y los muchos que en el particular tengo anticipados á V. E. y sería forzoso
            repetir, diré sucintamente los desvelos que me ha debido este ramo en Lima,
            dejando para cuando hable de Potosí los que ya allí habia empleado en su fo-
            mento.
                    Para dárselo, ayuda poco la constitucion de este reino, y son muchas las
            dificultades que se presentan á la potestad, por más celosa que sea en buscar
            arbitrios, porque ningunos alcanzan á mudar la rigidez del clima y la aspereza
            de sus cerros y cordilleras, donde en lo comun están los minerales, que por
            este motivo se hacen inhabitables, y sólo están poblados de los pocos á quienes
            la codicia hace gratas la soledad ó incomodidades que sufren, y amedrentan
            á los comerciantes y demas gentes para establecerse en aquellas poblaciones y
            elevar á ellas los renglones de hábito, y visto que los trabajadores de las minas
            apetecen, de aquí resulta que éstos no fijan su habitacion en los asientos de



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