Page 701 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            Hacienda podrá tambien tener las ganancias que en el de Potosí son notorias;
            pero si alguna vez promoví este pensamiento, no tenía facultades para ejecu-
            tarlo, y cuando las he logrado más extensas, no las ha habido en el erario, que
            hallé oprimido de urgencias y empeños, é incapaz de sufragar las gruesas su-
            mas de caudales que sería forzoso tener como muertas para los demas gastos,
            y por eso he ocurrido á otros arbitrios, como el del reparto ó socorro de los
            indios que manifesté en mi proyecto, y con el mismo objeto he estimulado á
            los mineros, especialmente de Chota ó Gualgayos, y de Tarapaca y Guantaja-
            ya, á pensionarse en alguna ligera contribucion para hacer fondo que invertir
            en su misma utilidad y necesidad.
                    Si fueron grandes las que hallé y han entorpecido mis deseos por la
            falta de caudales, no han sido menores las que vine á experimentar por la es-
            casez de azogue y su caro precio, y así fué éste el asunto de mi segunda carta
            de oficio luégo que entré en esta capital, que es prueba de la preferencia con
            que lo miré, y sucesivamente me negué á la remision del que se tenía dispuesto
            enviar á Méjico despues de otros cuatro mil quintales que ya habian ido, y en
            la decadencia de Guancavelica, dejaron este reino en mil congojas, por lo que
            me vi obligado á tomar la resolucion de alterarle el precio, como informé á V.
            E. con el núm. 21, y á esta resolucion, que con dolor tomé por la insignificante
            pérdida que el Rey sufria, se siguieron todas las angustias que V. E. sabe he
            padecido en estos años, en que sólo á esfuerzos de mi vigilancia en regular
            las provisiones han podido tenerla á su debido tiempo los minerales, sin que
            ninguno haya sentido el fatal golpe que las amenazaba de parar su trabajo por
            la falta de este magistral.
                    Ya que no podia franquear á este gremio los auxilios que deseaba en
            caudales y azogues, le he facilitado otros menores, como en el arreglo de las
            fundiciones de barras, en que ocurrí al desórden y gravámen con que los fun-
            didores y ensayadores pensionaban á los mineros, tanto en la exaccion de los
            derechos como en el peso de las barras, para aumentar con el número de ellas
            la repeticion de aquéllos, y para remediar uno y otro, fijé la cuota al número
            de marcos para que se cobren por ellos, y no por barras, con lo que concilié
            la necesidad de que éstas no sean de un tamaño excesivo para la fundicion
            de las casas de moneda, y cerré la puerta á aquel codicioso arbitrio que por el
            mismo principio se habia introducido, y mandé hacer experiencias en Trujillo
            y Pasco, donde se está depositando lo que los mineros contribuyen por esta
            razon, para que sirva de regla en la incorporacion de los oficios de esta clase,



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