Page 650 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
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            yo a demanda formal para la vindicación de mi honor, y a este fin ofrezco un
            testimonio auténtico de los capítulos con que se me denigró; luego, teniendo
            Vuestra Señoría, como tiene, todas las facultades del Superior Gobierno, en
            el día, para conocer de las causas de tumultos ocurridos en estas Provincias,
            y sindicándoseme a mí de cómplice de las sublevaciones de Yauri, parece que
            se halla Vuestra Señoría en la precisión de conocer de este negocio, bien para
            castigarme, si se me prueba, o bien para declararme fiel vasallo de Su Majestad
            en el caso de indemnizarme».
                    «Supongamos, Señor, que la acusación del Ilustrísimo Señor Obispo
            hubiese sido dirigida al respetable Tribunal de Vuestra Señoría, pregunto:
            ¿entónces no estaba obligado su celo a investigar mi conducta y mi modo de
            pensar, por los trámites de derecho? Pues en el mismo caso estamos, con la
            diferencia que ahora hace el reo funciones de actor».
                    «Por otra parte: debe tenerse presente que en Lima no pudiera seguirse
            la causa tan bien como en el Cuzco. Aquí está el acusador y el acusado, y tienen
            la fortuna de litigar ante un Juez lleno de integridad y exento de corrupción. Y
            allí, aunque son los tribunales justos, era preciso que el acusador hablase por
            apoderado, lo cual haría muy moroso el expediente y acaso interminable la
            decisión».
                    «Si estas razones, Señor, que a mí me parecen poderosas, merecen al-
            gún aprecio en la superior inteligencia de Vuestra Señoría, le suplico con el
            mayor encarecimiento se digne decretar mi presentación (que devuelvo a sus
            manos) como estime de justicia, a efecto de lograr la vindicación de mi buen
            nombre. Y cuando la penetración de Vuestra Señoría, por motivos que yo no
            alcance, graduare más conveniente el silencio en esta causa, le ruego con el
            respeto debido, que tomando los informes que gustare de mi conducta, de
            personas imparciales, se sirva Vuestra Señoría librar la providencia que su
            equidad graduare bastantemente para la seguridad de mi reputación, y para
            que la piedad de nuestro amable Soberano se conduela de la fatal constitución
            a que me ha reducido la desgracia de mi tío Don Antonio de Arriaga; pues se
            me ha noticiado lo ha hecho Vuestra Señoría así por otros, impulsado única-
            mente de los sentimientos de humanidad, y movido de su cristiano modo de
            pensar.- Nuestro Señor guarde a Vuestra Señoría muchos años.- Cuzco y
            Julio 9 de 1781. Besa la mano de Vuestra Señoría su más atento rendido servi-
            dor. Eusevio Balza de Berganza.- Señor Visitador y Superintendente General
            Don José Antonio de Areche».



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