Page 641 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            caso que así convenga a formarle causa, arrestarle, y embargarle sus bienes,
            dándome noticia de todo para mi gobierno. Y para que no pare la cobranza
            de los tributos, la pondrá Vuestra merced al cuidado de los alcaldes de los
            pueblos, según tengo determinado, por punto general, en el Artículo 61 de
            la nueva Instrucción de Visitas, que incluyo a Vuestra merced, para que se
            arregle a su tenor, indefectiblemente, avisándome de estar cumplido; y de las
            resultas que Vuestra merced auxiliará, sin poner dificultades que haré vencer,
            haciendo que pase otro a encargarse de esa Administración de Justicia, y de ese
            importantísimo ramo del Erario, como también de otros que miro muy aban-
            donados; y recibirán su enmienda, como es el de alcabalas, ofendido con los
            excesos del repartimiento de tarifa, a que juzgo no está Vuestra merced muy
            arreglado, y cerca de que lo sienta, sino paga lo que le toca por lo repartido o
            comerciado.- Nuestro Señor guarde a Vuestra merced muchos años.— Lima,
            Junio 28 de 1780.- José Antonio de Areche.- Señor Don Antonio de Arriaga,
            Corregidor de Tinta.»
                    Respuestas.- «Si no fuera tan notoria la justificación de Vuestra Seño-
            ría y si yo no tuviese tantas experiencias de su integridad, hubiera causado en
            mi un fatal estrago el oficio de Vuestra Señoría, su fecha 28 del pasado, que re-
            cibí antes de ayer en esta Ciudad, a donde vine con el objeto de entregar en las
            Reales Cajas caudales respectivos a los tributos de mi cargo. Y ciertamente que
            a no impedírmelo mi quebrantada salud, usando de la licencia que me tiene
            concedida el Excelentísimo Señor Virrey para solicitar su reparo, me hubiera
            puesto en camino, a la hora, a fin de vindicar mi honor ante Vuestra Señoría,
            porque ninguna cosa estimo tanto».
                    «Yo conozco que el celo que tanto brilla en Vuestra Señoría por el me-
            jor servicio del Rey en el manejo de su Real Hacienda, fué el principal estí-
            mulo para dirigírmele tan rigoroso. Pero supongo que a la hora de ésta habrá
            Vuestra Señoría conocido la malicia con que mis émulos me han acusado de
            omiso en el cumplimiento de sus respetables órdenes, y a poco puro en el ma-
            nejo de los reales intereses con el recibo de los Autos de Padrones que dirigí a
            Vuestra Señoría en el mes antecedente; como también de la injusticia con que
            se ha calumniado al Cacique de Coporaque Don Eugenio Canatupa Sinanyu-
            ca, de usurpador de tributos por el Cura de aquel pueblo Don Vicente de la
            Puente. Mas no obstante, venerando como venero las acertadas determina-
            ciones de Vuestra Señoría, luego que me restituya a la Provincia, lo separaré
            de la cobranza de este ramo, encargándola a los alcaldes, según el Artículo 71



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