Page 609 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
«Después del exordio del oficio de f... dice, que mi carta de 29 de Abril
escandecería al más tibio, porque ella toda se contrae a vulnerar su conducta
y procedimientos; pero regístrese la tal carta que es la de f… y se convencerá
de falso el supuesto, porque no se hallará una palabra, no digo ofensiva, pero
ni mal sonante, exceptuada la expresión de haberse excedido en la prisión del
indio Aguilar, la cual no debe estimarse por tal, respecto de que esta frase no
era mía, sino de las Leyes que así se explican hablando de semejantes casos;
con que si el Señor Puente se ofendió de que le hablen con arreglo a ellas, será
preciso derogarlas, y estatuir otras para tratarle. Pero no es esto lo más gracio-
so, sino que habiendo apuntado yo solamente el exceso por la prisión del indio
quiera darle tanta extensión a la voz, que abrace todas las operaciones de su
comisión, por lo cual repite, sin duda, tan impertinente la palabra».
«Sigue discurriendo desatinadamente y añade: que Vuestra Señoría
Ilustrísima tendrá que celebrar al ver que sin más título que el que aparece al
frente de mi exhorto, me arrogué la facultad de tachar sus sagrados derechos,
restringir su jurisdicción y abatir su dignidad».
«Y séame permitido también protestar aquí contra el Doctor Puente
la persecución del notorio agravio, que en este temerario su puesto infiere a
mi buena fama, para pedir el afianzamiento de la calumnia donde y según me
convenga; como así mismo preguntarle quién le ha hecho examinar de títulos
militares y otros que puedan tener los Jueces Reales; pues yo estoy persuadido
a que no tiene más facultad (prescindo de las muchas que Vuestra Señoría
Ilustrísima puede darle) que para cuidar espiritualmente de los indios de su
Doctrina y administrarles los Santos Sacramentos; y ojalá desempeñara esta
obligación como debe, para que no tuviera en ella tantos juejosos de su extor-
siones, violencias y tropelías. El acaba de fijar por excomulgado, sin motivo,
al indio más principal y Cacique de aquel Pueblo Don Eugenio Canatupa Si-
nanyuca, sujeto de mucha razón, y cobrador de los Reales Tributos; con cuyo
atentado tiene escandalizados no sólo a sus feligreses sino también a estos
vecindarios inmediatos. El ha nombrado de notario suyo, para estas comisio-
nes, a un Simón Rodríguez, vecino de Coporaque, y teniendo éste título de
Teniente Alguacil de la Real Justicia no lo ha debido hacer»,
«Dice después en el mismo oficio que para que quede yo inteligencia-
do de que hay aquí curas que sepan hablar; y que si alguna vez enmudecen es
efecto de consumada reflexión, va a contestar a mis cartas».
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