Page 606 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
La verdad desnuda
ocasionaren a la causa pública y al servicio de Su Majestad; y para mi resguar-
do me quedo con testimonio autorizado de este oficio que despacho a Vuestra
merced con el mismo propio conductor del suyo, a las siete de la tarde de este
día. Nuestro Señor guarde a Vuestra merced muchos años.- Tinta y Abril 29
de 1880.-Besa la mano de Vuestra merced su más atento servidor.— Eusevio
Balza de Berganza.— Señor Don Vicente de la Puente».
Nota.— Sin embargo de estar concebido el Oficio antecedente con tan-
to juicio y moderación, el inexplicable orgullo de Puente se consideró muy
ofendido por él; con cuyo motivo, y habiéndole pasado Balza otros dos, so-
licitando la sumaria que había actuado sobre las sublevaciones de Yauri, le
escribió tres cartas llenas de expresiones muy ofendentes que se hallan tam-
bién originales en el mismo cuaderno y no se copian por ser difusísimas; pero
Balza se quejó inmediatamente al Prelado en la representación siguiente que
corre testimoniada a fojas 56 del citado Proceso.
«Ilustrísimo Señor Obispo Don Juan Manuel de Moscoso y Peralta.-
Muy Señor mío y mi venerado dueño. Habiendo pasado a esa Capital el Señor
Corregidor de esta Provincia Coronel Don Antonio de Arriaga, tuvo a bien
comisionarme la administración de justicia en ella, durante su ausencia, como
acredita el despacho de fojas 5 del adjunto testimonio.»
«En estas circunstancias ocurrió el Doctor Don Vicente de la Puente,
Cura de Coporaque, demandando el auxilio de la Real Jurisdicción, para pro-
ceder contra este vecindario por haber cometido, amotinado varios insultos
contra su persona, habiendo venido a este pueblo a cumplir ciertas órdenes de
Vuestra Señoría Ilustrísima, dando cuenta al mismo tiempo de haber apresa-
do de propia autoridad a un indio llamado Francisco Aguilar por causante de
la sublevación, según todo consta del oficio y exhorto que encabezan el mismo
testimonio.»
«Considerando yo por una parte la gravedad del asunto, y el pulso que
demandan este género de causas en el día, a vista de la casi general inquietud
que padece el Reino. Y por otra ser indudable que el conocimiento de la de
estos vecinos era privativo al Juez Real de la Provincia, con la mayor atención,
supliqué al Doctor Puente sobreseyese en ella, significándole que ningún ecle-
siástico podía conocer, ni proceder en semejantes negocios contra seculares,
por lo que resistían los Sagrados Cánones y nuestras Leyes; añadiendo que
luego que se restituye a el Señor Corregidor propendería al castigo de los cul-
pables y le proporcionaría la condigna satisfacción de los agravios que decía
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