Page 523 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            con el Obispo, y que le aviso el despacho del oficio de 28 de Junio) que si tu-
            viera vergüenza no pareciera en el Mundo, et adhuc majora videbis».
                    49.-Unos documentos de esta naturaleza producidos por su sujeto
            como Don Vicente de la Puente, y tan allegado a vuestro Reverendo Obispo,
            que no sé si es más notorio que escandaloso el ascendiente que tiene en su
            despacho, hacen casi una prueba real, de que este Prelado, su Provisor y demás
            secuaces fraguaron la alevosa muerte de mi tío y por medio del traidor Túpac
            Amaru, su homicida; y aunque hay todavía más antecedentes que lo corro-
            boran, séame permitido apuntar antes algunas reflexiones sobre las cartas del
            Cura de Coporaque.
                    50.-En la de 17 de Julio hace supuesto de que el Corregidor estaba
            perseguiendo unas pobres mujeres, por depender de un criado suyo; y se hace
            preciso apuntar que éstas serán las dos hermanas indias que por públicas con-
            cubinas de Puente se arrestaron, según acredita el documento N° 5, Y sus
            confesiones de f... y f... Los lascivos son tan idólatras del vicio que, por ejerci-
            tarlo, sacrifican gustosos el honor, el juicio y hasta la racionalidad. Su mayor
            enemigo es aquél que los corrige o aquél que impulsado de su obligación los
            aparta del precipicio. No hizo otra cosa Don Antonio de Arriaga con Puente,
            en cumplimiento de sus deberes, por evitar el escándalo de todo el vecindario
            de Coporaque, a quien era constante la envejecida, ilícita amistad de su Cura
            con Juana y Evarista Laymi; y sólo porque las separa de su Doctrina véase el
            odio tan terrible con que se explica aquel díscolo levita hacia el Corregidor:
            no pararé (dice) hasta destruirlo a él; y a toda su casta... y concluye anunciando
            cosas grandes, cosas nunca vistas, y cosas admirables: et adhuc majora videbis;
            en que ciertamente vaticinó verdad, como el perverso Balam, el Cura de Co-
            poraque; pues hemos visto, con asombro, cumplida su diabólica profecía, con
            tanto exceso, que ya parece que no nos queda que ver.


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            24. «Sin duda creo que no sabrá Vuestra merced de los atentados del hijo de Cinanyuca y Mesa, de orden del borracho de Arriaga, en
            perseguir a mis criados, y especialmente a esas pobres mujeres, por depender de uno que fué criado mío; porque me persuado a que
            con Vuestra merced no se burlarían esos pícaros. Ni sé tampoco por qué ganó iglesia el cobarde Juanico. que ya creería lo ahogaban;
            pues si cometían esa violencia pagaría el Corregidor al doble su delito, y mis pérdidas. Pero sea de eso lo que fuere, Vuestra merced
            como amigo mío no permita extorsiones con los pobres. ampárelos y defiéndalos de estas violencias, en la inteligencia de tener
            segurísimas las espaldas que allá verá el Corregidor, muy breve. lo que han producido sus atentados y desvergüenzas: esto es aquí. que
            para con Dios no sé que más será.»
            «Ya de contado tiene quitado a su glorioso Cacique Cinanyuca, y no pararé hasta destruirlo a él y a toda su casta. Buen zurriagazo
            tiene de Lima ese insensato, sin cabeza; que si tuviera vergüenza, no pareciera en el Mundo: et adhuc majora videvis... -Urubamba, a
            17 de Julio de 1780.-De Vuestra merced finísimo amigo.-Doctor Puente.» [nota del autor]



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