Page 496 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
La verdad desnuda
no haber intentado el Doctrinero de Tungasuca Don Antonio López de Sosa
durante seis días que estuvo allí preso Don Antonio de Arriaga, o recabar con
Túpac Amaru la libertad de su vida, o avisar sigilosamente al Cuzco el grave
peligro en que se hallaba, mediante no distar aquella ciudad más de diez y
ocho leguas de Tungasuca.
46.-Otra reflexión: ya se dijo que el Corregidor había interceptado
los pliegos de la Curia Eclesiástica, en que se dirigeron las escandalosas pro-
videncias libradas para el entredicho general, decretado injustamente por el
Provisor contra el Pueblo de Coporaque, y que había ofrecido a vuestro Virrey
remitírselas originales en el siguiente correo. No es dudable que también lo
infiriesen así los enemigos del Corregidor, y conociendo que si llegaban aquí
unos documentos tan auténticos de su desarreglado modo de pensar, se había
de descubrir todo el fondo de su malicia, es de presumir tratasen de impedir el
envío, y lo consiguieron arbitrando el execrable medio relacionado. Persuáde-
lo: lo primero, la circunstancia de haber sucedido la tragedia ocho días antes
de salir el correo del Cuzco para esta Capital. Y lo segundo que en el saqueo
de los bienes del Corregidor la primera diligencia fué apoderarse del archivo
y cuantos papeles tenía en casa, según públicamente se dice.
47.-De todos los antecedentes apuntados se infieren claramente los
autores de la alevosamente tragedia perpetrada en Don Antonio de Arria-
ga, y de las fatales resultas que se están experimentando como consecuencias
de aquella desgracia. En las plazas, en las calles y hasta en los lugares más
sagrados se señalan, declamando contra ellos; mas no obstante nosotros no
los nombraremos, porque los tenemos perdonados como dijimos. Lo que nos
toca es probar que sacrificó su vida en servicio de Vuestra Majestad, y que su
mérito es tan recomendable como el de aquellos oficiales de vuestros ejércitos
y armadas que murieron peleando contra enemigos de superior fuerza en una
brecha, o en un bajel según ofrecimos y lo vamos a cumplir.
48.-Mucho más interesante es a Vuestra Soberanía la defensa de Vues-
tra Real Jurisdicción, que la de una plaza o una escuadra de vuestro Pabellón.
La pérdida de éstas tal vez se ha estimado conveniente, y tal vez por una oculta
razón de Estado que no alcanzamos los vasallos se han mandado entregar,
después de asegurar la reputación de las Armas. Pero en la Jurisdicción Real,
como es la base fundamental del Trono, jamás se habrá visto que los príncipes
hayan consentido ni disimulado la menor usurpación de ella; y por eso en
vuestra prudentísima legislación se advierte tan estrechamente encargada su
defensa a todos los Jueces Reales; luego Don Antonio de Arriaga defendiendo
vuestra jurisdicción Soberana, defendía la más preciosa regalía de la Corona.
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