Page 491 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
P. 491

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            repugnaban a Don Vicente de la Puente) consumiese las especies sacramen-
            tales, cerrase las puertas de aquella iglesia, y remitiera sus llaves al Cuzco
            sin que quedase allí sacerdote. Y después libró entredicho general contra el
            mismo Pueblo, dirigiendo once cedulones para que se fijaran en otras tantas
            Doctrinas principales que tiene la Providencia, cuyo tenor, según copia que
            tenemos en nuestro poder remitida por el Corregidor, era éste: «Tengan todos
            por especialmente entredichos, y privados de los beneficios  de la iglesia a los
            feligreses de la Doctrina de Coporaque por las públicas causas que los hacen
            indignos de ellos, y que se hallan plenamente justificadas ante Nos. Cuzco y
            Octubre 5 de 1780. -Juan Antonio Tristán.-Por mandato del Señor Provisor,
            Antonio Felipe de Tapia». Los pliegos con que se encaminaron estas providen-
            cias fueron interceptadas por el Corregidor, y se apoderó de ellas para remi-
            tirlas originales a vuestro Virrey, luego que pusiese en estado una información
            de otros escandalosos hechos de algunos eclesiásticos de la Provincia que es-
            taba recibiendo, según se lo ofreció en oficio de 20 de Octubre, participando
            el suceso ocurrido en Coporaque el 12 de dicho mes, dimanado de la primera
            resolución de la Curia Eclesiástica que fué éste.
                    34.-Esparcióse en aquel pueblo, la mañana de ese día, que el Cura
            interino Don Francisco Alvarez había consumido las especies sacramentales
            de orden del Provisor; y puesto su vecindario en movimiento se encaminó
            a la posada del Corregidor a darle la queja de este atentado. El Corregidor,
            no obstante estar enfermo, pasó inmediatamente con dicho eclesiástico a re-
            conocer los Sagrarios. Hallóse que en el principal no había Sacramentos, y
            comprendiéndolo los indios, tumultuosamente, levantaron el grito en odio
            del Provisor, y de aquel sacerdote, pero habiéndose reconocido que en el otro
            Sagrario existía la santa forma se sosegaron algo. Para que no se verificara
            el temerario proyecto del Provisor (que, como en todo lo demás, obraba en
            ésto sugerido de vuestro Reverendo Obispo, con punible contemplación), se
            encargaron los indios voluntariamente de guardar su iglesia, y el Corregidor
            exhortó al eclesiástico Alvarez, a nombre de Vuestra Majestad, sobre que con
            ningún pretexto desamparase la Doctrina, porque no habiendo otro sacer-
            dote en ella, convenía a vuestro Real servicio, y al bien espiritual de aquellos
            naturales, permaneciese allí hasta que vuestro Virrey, con presencia de autos,
            determinara lo que debía hacerse.
                    35.-Pero ¿quién creerá, Señor, que una tan justa y prudente determi-
            nación del Corregidor, que no tenía más objeto que mantener en quietud la
            Provincia contra las intenciones de la Curia Eclesiástica, se graduase viciosa y
            atentada en este Gobierno? Pues así sucedió, sólo porque vuestro Reverendo


                                               490
   486   487   488   489   490   491   492   493   494   495   496