Page 489 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
anunciando la sublevación del Cuzco por pasquines sediciosos, en más de dos
meses, no se publicó ni una censura contra sus autores, ni contra los ocultos
traidores como deben hacerlo los Prelados en iguales cuya omisión era más
reparable en aquél viéndole tan fácil en fulminar excomuniones aún sin moti-
vo y con injusticia.
26.-Otro fundamento consistía en haber dicho, públicamente, el mis-
mo Reverendo Obispo, luego que se descubrió la traición maquinada, que él
ya lo sabía, porque Don Mateo de Oricain (pariente del Obispo) le dijo que su
mayordomo estaba comprendido; y nadie ignora que en asuntos de esta clase
se deben delatar inmediatamente, porque sino es tan delincuente el que calla
como los mismos traidores.
27.-Deducía otro de que Lorenzo Farfán, principal cabeza de la sedi-
ción, convicto y confeso, para quien se había destinado la investidura de Rey
del Cuzco (por lo cual sufrió la pena del delito de lesa Majestad) era inmediato
pariente del Obispo, y tenía mucha intimidad con él.
28.-Otro fundamento era haber defendido el Reverendo Obispo, con
el mayor empeño a todos los que resultaron reos convictos de aquel delito, y
condenó esta Real Audiencia en su Sala del Crimen al último suplicio. Inte-
resóse no obstante, por cuantos medios tuvo arbitrio, sobre que se les librara
la vida; manifestó gran sentimiento por la muerte; y no siendo creíble que
un tan respetable y circunspecto Tribunal los hubiese condenado inocentes,
es visto que el patrocinio y estas demostraciones del Obispo a favor de unos
delincuentes confesos de tal crimen, cuando no pruebe, persuade a lo menos
un indicio vehemente de su complicidad; porque quien procura impedir el
castigo de los delitos, los autoriza.
29.-Así argüía Don Antonio de Arriaga en su representación, aña-
diendo otros hechos públicos que vigorizaban mucho con asertos, y noso-
tros callamos por modestia. En materias de Estado no se admite parvedad
de materia, ni indicio leve. Por eso creyó, sin duda, que no cumplía con sus
deberes sino avisaba, prontamente, a vuestros magistrados el peligro en que se
hallaban aquellas Provincias a vista de unos antecedentes tan públicos, como
ciertos, que amenazaban una próxima conspiración general contra Vuestra
Soberanía.
30.-Yo, Don Eusebio Balza de Verganza, fuí conductor de esta re-
presentación, que me entregó abierta el Corregidor de Tinta, con orden de
manifestarla a vuestro Visitador General, Don José Antonio de Areche, antes
de ponerla en manos del Virrey, tanto para que estuviese advertido del grave
asunto que contenía, cuanto para que si lo estimaba conveniente pesquisara
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