Page 485 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
en asesoría, los autos que él había formado sobre el asunto, a fin de que le
previniese lo que debía hacer según derecho, y con su acuerdo reiteró a Rivera
la Providencia, poniendo en libertad a los presos bajo de fianza.
15.-Inmediatamente que supo esta determinación Vuestro Reveren-
do Obispo, sin embargo de ser tan justa, despacha orden a su Provisor Don
Juan Antonio Tristán para que, luego, exhorte a Don Antonio de Arriaga so-
bre que remita presos al Cuzco los causantes de los tumultos de Yauri, pena
de excomunión mayor. Líbralo así el Provisor; intímasele en Tinta el referido
Don Faustino Rivero, y excúsase el Corregidor a la entrega, exponiendo en su
respuesta las más sólidas razones en abono de su conducta, y fundadas en la
Ley 8, Título 15, Libro 8 de las Recopiladas de Castilla, promulgada reciente-
mente por Vuestra Majestad, tan terminante para el caso que no dejaba ca-
mino a la duda. A mayor abundamiento interpone el Real auxilio de la fuerza
y concluye diciendo haber dado cuenta con autos, como en efecto lo había
hecho en informes de 11 de Julio.
16.-En este estado creyó Don Antonio de Arriaga que debería cesar
la persecución declarada que estaba sufriendo de la Curia Eclesiástica, según
se infiere de los hechos relacionados; y con motivo de una grave duda que
ocurrió a los Oficiales Reales sobre los Tributos de Tinta, pasó precipitada-
mente al Cuzco, distante sólo veinte leguas de aquel Pueblo. Vuelve el Provi-
sor a exhortarle allí sobre la entrega de los reos so cargo de la misma pena de
excomunión mayor; y vuelve el Corregidor a excepcionarse, reproduciendo
cuanto había expuesto en su respuesta antecedente, haciendo presente además
el perdimiento de respeto que resultaba a los superiores magistrados a donde
había ocurrido de unos procedimientos tan inusitados. Pero empeñada aque-
lla Curia en hostilizar a Don Antonio de Arriaga hasta lo sumo, violentando
el Provisor los derechos, lo fijó por público excomulgado en 27 de Julio, su-
poniéndole inobediente a los preceptos de la Iglesia. ¡Oh, Señor!, y cómo pu-
diéramos exclamar aquí contra aquella superticiosa piedad con que muchos
se persuaden a que los eclesiásticos para serlo, dejan de ser hombres, y se des-
nudan de las pasiones de la carne, a fin de que se desterrara el pernicioso abu-
so con que el vulgo y aun gentes de primera clase (especialmente en Indias)
obedecen y respetan más a los sacerdotes que a sus Reyes, según lo representó
a Vuestra Majestad su Fiscal Don Pedro de Montalva y Arce, hablando de las
usurpaciones que había padecido Vuestro Real Patrocinado.
17.-Sin perder instante hizo propio Don Antonio de Arriaga a esta
Capital, quejándose del atropellamiento, y solicitando la provisión ordinaria
de fuerza; y mientras le llegaba produjo ante el Provisor del Cuzco reiteradas y
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