Page 293 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                    Decia que la pompa de aquellos fuegos empezo por el ruido de los
            Atambores, que al favor de sus truenos de pergamino, dieron señal al Pueblo
            para que obedeciese al comparendo que se le intimó: que los rollizos cañones
            de artilleria roncaron mui bien el Prologo de la escena; y que despues brillo el
            cielo con meteoros artificiales, y con estrellas de fabrica terrestre: que las calles
            se iluminaron de un extremo a otro, con una via lactea de candelas: que hecha
            una questa ó una colecta oportuna en favor de la muchedumbre del Pueblo
            bebio este tan a tragos largos, que ya se hizo tan estenterofonico, como quando
            en la plaza habia tronado: que el gran Castillo que se elevo, debia llamarse una
            Piramide de leña que colocada perpendicularmente, y en línea recta, regoci-
            jaba a los que la veian, y prometia llamas, desempeñando siempre esto que
            prometia, para enseñar a tantos que prometen y no dan, que los figuronos que
            alli aparecieron bostezando fuego, como que representaban aquellas Pestes
            infernales que han dementado de tiempo en tiempo al mundo, merecieron
            con justicia los dardos y los sarcasmos del Pueblo: que un Pírobolo de los
            que volaron vario su direccion, y la hizo hacia el lugar donde uno cargaba la
            muestra y le desmontó el estilo de su quadrante; asi como otro, le arrebato a
            uno que iba á beber y refrescar parte de lo que ya tenia con gusto en la mano.
                    Dixo que este era el modo de describir estas funciones, festiva a un
            tiempo y sublimemente, y habria sin duda tenido en su favor a todos los pre-
            sentes, si otro que lo oia no se hubiese burlado de tanta pedanteria, y añadido,
            que con razon llamaba un Discreto a aquel modo de hablar, estilo de perlas y
            oro molido  ó relampago, que alumbra y desaparece, salta de levante a po-
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            niente, y muchas veces sin medio: que semejantes pinturas gigantescas, quan-
            do se empeñan en decir mas, dicen menos, y se apartan tanto de la naturaleza,
            como de la semejanza: que son pinturas como la de aquel que hizo la de una
            tempestad, y otro que se la oia le dixo: mayor la he visto ya en una olla hirvien-
            do: que en fin aquel pedantismo, se debe dexar para Poetas barbiponientes,
            que forman de las cejas de las Damas arcos para el triunfo de la virtud agena,
            y hacen correr los campos de la eternidad con los pasos del merito.
                    Al caso se cita alli la bella critica del Abad Desfontaines ó satira de las
            locuciones nuevas que contuvo a muchos Escritores, que ya iban a precipitarse
            en el vicio comun del Neologismo. Pues en verdad es intolerable la afectacion
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            122. Bartoli, Huomo de lett, part. 2. (pp. 141, nota 1, ed. 1795)





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