Page 173 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
conveniente para formar una respetable columna, se incorporó con ella la ca-
ballería ligera del coronel Allende y alguna tropa de fusileros del regimiento
de infantería de esta ciudad, y los indios de sus parroquias, para que pasasen
al paraje nombrado Yanacocha y Sullomayo, donde se iban juntando los ene-
migos, segun la noticia comunicada por el capitan de caballería D. Isidro de
Ascona, que estaba de observación. Diósele el comando á D. Joaquin Valcárcel
y á su segundo el coronel D. Isidro Guisasola, á quienes acompañó el capitan
D. José Oliva y D. Bernardo de Lamadrid, á que debió unírseles tambien la
tropa de Paruro, que no lo pudo verificar; y habiendo reconocido aquellos
parajes, se hallaron con mucho número de enemigos, á los que batieron y
desbarataron, quitándoles los bastimentos y forrajes que habian ido juntando,
hasta, que fugitivos desampararon sus sitios. Y habiendo permanecido allí
desde 13 de Febrero de 781, tuvo órden de retirarse la columna el 23, para
esta ciudad, y que la caballería de Allende acampase en la pradería de Anda-
guailillas, para impedír bajasen los enemigos á insultar aquel y demas pueblos
de la quebrada de Quispicanche; y en los encuentros y feliz éxito de esta co-
lumna con los enemigos, se señalaron los comandantes y los capitanes Oliva
y Lamadrid, que fueron destinados á partes escabrosas, en que manifestaron
conducta y valor. Como era crecido el número de los rebeldes que se mante-
nían y juntaban de las dilatadas punas y estancias del contorno de Urubamba,
Calca y Pancartambo, se hizo preciso repetir provincias al reparo de sus aco-
metimientos, y embarazar la bajada á los pueblos de las quebradas, y se juntó
tropa de ellos, que se puso al comando de su coronel D. Isidro de la Paz, y del
teniente coronel D. Bartolomé de Figueroa, quienes hicieron algunas correrías
contra aquellos enemigos con felices efectos, quedando siempre guarnecidos
los mismos pueblos, principalmente los de Calca, Pisac y Lamay, que eran
los más acosados, de que cuidó bien el mismo Paz, que los defendió despues,
cumpliendo sus obligaciones, teniéndose igual cuidado en fortalecer y res-
guardar el grande valle nombrado Villcabamba, situado á la entrada de los
infieles, con la misma gente que lo habitaba, encargada su defensa á D. Manuel
Rolando y D. José Barrios, que miraron y defendieron la internacion de los
rebeldes. Socorrióse tambien con algunas armas la provincia de Paruro, adon-
de se asomaban mucho por diversas partes los rebeldes, con el fin de alterar
y seducir los pueblos, que á todo atendia el comandante general Avilés, con
cuyas acertadas providencias consiguió mantener defendidos nuestros fren-
tes, miéntras llegaba el mariscal de campo, con la gente y armas de Lima; y fué
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