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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
en la expedicion de providencias, y competian al nuevo comandante, procuró
ceñirse á las de su obligacion; pero no perdiendo de vista su celoso cuidado
para cuanto condujese á la defensa, acordó con su ayuntamiento hacerla la in-
sinuacion que consta del documento número 8, para que, sin embargo de sus
grandes talentos y puntual atencion á todos, no omitiese poner los reparos á la
seguridad de la que se llama Pampa de Jajaguana, que está á nuestra espalda,
y de donde principalmente se abastece esta ciudad, preciso tránsito para la
vereda de Lima. Llamó luégo la atencion al socorro de la inmediata provincia
de Urubamba y su único puente, por el recelo que se tuvo de que la insultase
Diego Tupac Amaro, para conducirse por allí con su ejército y apoderarse
del mencionado cerro de la fortaleza, y sin embargo de la satisfaccion que se
tenía de la buena gente que guarnecia aquellos pueblos y puente, despachó
el comandante general al sargento mayor Laysequilla con el teniente coronel
Astete con cuarenta hombres escogidos que habian quedado aquí de la florida
gente de Pancartambo, pero desvanecidos los recelos por mantenerse aquel
enemigo en la playa de Pisac sin poder vadear el rio, se les mandó retirar á
estos dos oficiales, dejando la guarnicion que estaba allí al mando de D. José
Antonio de Vivar, y que volviesen con la que llevaron á unirse con los caci-
ques Pumacalma y Rosas para embarazar la internacion que podria intentar
el ejército de José Gabriel por las faldas del cerro de Piccho á la citada Pampa
de Jajaguana, á cuyo resguardo estaban con sus fieles indios, y se vieron poco
despues los buenos efectos de este advertido y comprendido órden. Dejábase
ver el ejército enemigo el dia 6 en los cerros que dominan la entrada nombra-
da Puquin, y pareciéndole conveniente al comandante Avilés resguardar un
puesto ventajoso, destacó á él veinticinco hombres de los pardos de Lima, al
mando de D. Francisco Cisneros, oficial de satisfacción, y ántes de ocuparle,
fué cortada esta pequeña tropa, y en el reencuentro que tuvo murieron ca-
torce hombres y el oficial que los mandaba, á cuyo auxilio se despachó luégo
la mitad de la compañía del comercio, primera del regimiento de infantería
de esta plaza, que sostuvo con animosidad los progresos de aquella partida
de enemigos, y retirados éstos, se restituyó al cuartel sin quebranto alguno.
Adelantóse la malicia y atrevimiento del rebelde José Gabriel á escribir cartas
el dia 7 á este cabildo secular, al eclesiástico, al reverendo Obispo y prelados,
manifestando se dirigian sus fines, con la entrada que pensaba hacer en esta
ciudad, á reformar abusos y establecer un gobierno equitativo, y persuadia se
le recibiese con aplausos y estimaciones. Esta soberbia arrogancia irritó los
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