Page 161 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            Santos, con una correspondiente guarnicion, se tuvo por necesaria la presen-
            cia de otro oficial con aumento de alguna tropa, y se confió al sargento mayor
            del regimiento de caballería de esta ciudad, D. Gaspar de Rosas, que ocupó
            aquel puesto hasta la llegada del primer auxilio de Lima, y desempeñó la con-
            fianza tolerando las incomodidades de su situacion conocida por trabajosa
            y molesta. No eran menores los cuidados que ofrecian los acontecimientos
            de los aliados del rebelde para apoderarse de la provincia de Cotabambas, y
            seducir por aquella parte las provincias fieles de Aymaraes, y las que siguen
            hasta la capital de Lima, y cortar los puentes del tránsito, pero la constante
            fidelidad de sus habitantes, alentados y favorecidos de los curas D. Manuel de
            Cabiedes, D. Francisco Montejo, D. Juan Cárlos García, D. Juan Antonio Pa-
            lacios y todos los demas de aquella provincia, con el auxilio de algunas pocas
            armas remitidas al justicia mayor don Manuel de Encalada con las órdenes
            conferidas á éste por la junta de Guerra, á quien acompañó D. Miguel Valdés
            y Peralta, vecino distinguido de esta ciudad que se hallaba allí, formaron unas
            gloriosas defensas en varios puestos, con que contuvieron por entónces los
            progresos de los jefes que seguían la rebelion, haciéndoles retirar á los pue-
            blos que ocupaban de la provincia de Chumbibilcas, y fueron muy advertidas
            las disposiciones del mencionado cura D. Manuel Cabiedes, quien convocó,
            como vicario, á los demas, haciéndose caudillo de ellos, los cuales, con la junta
            de la gente de sus feligresías, compusieron un ejército de más de seis mil hom-
            bres, y dieron puntuales noticias de sus acaecimientos, y aunque unos y otros
            se emulaban y procuraban empeñarse para que no tuviese lugar la seduccion
            en sus curatos, se distinguió esforzadamente D. Juan Antonio Palacios, cura
            interino del pueblo de Mara, que siendo el más inmediato al confin de Chum-
            bibilcas, resistió los ímpetus de los rebeldes Parbina, Valencia y Ponce; y en
            varios reencuentros mató á alguno de los suyos y los hizo retirar escarmenta-
            dos, defendiendo por aquella parte la invasion, con otros servicios que hizo
            este cura manteniendo su gente, esforzándola para la constante fidelidad: ha
            sido contínua su permanencia y predicacion á sus feligreses, que mantuvo sin
            mezcla de sublevados. En los pueblos de Llusco y Quiñota, de la provincia de
            Chumbibilcas, inmediatos á los de la referida de Cotabambas, se hallaban los
            dos eclesiásticos D. Pedro Moscoso y D. Manuel Mariano Alvarez, ayudante
            del cura propio doctor D. Francisco Javier Delgado, que estaba retirado por
            sus accidentes en esta ciudad, y ellos, cumpliendo su pastoral obligación, con
            fervorosas exhortaciones pudieron mantener fieles á sus feligreses, y que



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