Page 159 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            dispuesta por el Marqués en el mejor órden, pasó á su oposicion, y llegando
            al sitio nombrado Guaran, donde se hallaban los enemigos, los acometió y
            desbarató, matando un crecido número, y muchos que intentaron la fuga en-
            trándose en las copiosas aguas del rio, perecieron en ellas, otros que buscaban
            la libertad por los cerros, fueron rechazados de los indios de Pumacahuca, y
            sólo se libertaron los que pudieron ocultarse en sus quebradas. Este cabildo
            y su junta, poseidos del cuidado de aquella invasion, despacharon de auxilio
            una compañía de infantería al cargo y mando de D. Josef Perez de Oliva, que
            llegó á tiempo de poderse unir con la tropa en el pueblo de Guayllabamba,
            en donde se le mandó quedar de guarnicion, confiándole la comandancia de
            aquellos pueblos y puentes con su gente y la de Urubamba, del cargo de Arana,
            habiéndose mandado retirar la que fué de esta ciudad, y tuvo el buen efecto
            de desbaratar el día 23 de Diciembre, en el pueblo de Incay, á los indios que
            ocultos en las quebradas quisieron reunirse, habiendo muerto crecido núme-
            ro de éstos enemigos, y principalmente su capitan, á manos del mismo Arana,
            y aprisionó algunos indios principales, que fueron conducidos á esta ciudad
            para su castigo, cuyo segundo escarmiento fué muy importante, pues con él
            se libertaron las demas poblaciones, desvaneciéndose los intentos de que el
            rebelde se apoderase de ellas y siguiere su induccion á los valles contiguos y
            a los de la carrera de Lima, que se mantenían fieles. Estos glorioso triunfos,
            que fueron los primeros con que empezaron las armas de V. M. á tener felices
            sucesos contra aquellos infames enemigos, alentó á nuestras tropas y á todos
            los habitantes de esta ciudad y de las provincias, no sólo por el vencimiento
            conseguido, sino por haber visto que la intencion del rebelde se dirigia á ex-
            terminar toda la gente española y mestiza, y los de esta clase que pudieron se-
            guirle, dejaron de hacerlo, confortándose con nuestra union. Para todo sirvió
            de mucho consuelo y aliento el ver el empeño con que acompañó estas em-
            presas D. Manuel de Alzamora, cura del pueblo de Incay, que con sus eficaces
            voces esforzaba á los soldados y á los indios fieles, las que empeñaron á los
            jefes y tropa á no reservar sus esfuerzos. Se manifestó igualmente el de Guay-
            llabamba, doctor don Joaquin de Guevara, auxiliando con su gente y haciendo
            repetidas representaciones á la junta de lo que consideraba conveniente. Seña-
            láronse en disposiciones y valor los jefes Marqués de Rocafuerte y coronel D.
            Santiago Allende, con sus capitanes D. Francisco de Picoaga, teniente coronel
            de Paruro, distinguiéndose éste con el esfuerzo de su brazo, que le libertó del
            riesgo en que le puso su honor y brío; D. Damian de Lamadrid, D. Martin de



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