Page 157 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
hacian los jefes que seguian la rebelion, se distinguieron particularmente el
del pueblo y doctrina de Checacupe, en la provincia de Tinta, Dr. D. Antonio
de Villavicencio, quien, sin embarazarle el quebranto de la salud, cumplió con
su pastoral, y contuvo en lo posible las temeridades con que insultaban de ór-
den del rebelde á los habitantes y fieles; intentó éste le aprisionasen ó matasen,
pero le libertó su propia predicacion, hasta que impedido de sus padecimien-
tos, le fué preciso retirarse. El del pueblo de Yanacoa, Dr. D. Cárlos Rodriguez,
practicó iguales operaciones, se mantuvo constante, y exhortaba fervoroso á
sus feligreses, y no alcanzando su persuasion á separarles de la obediencia del
traidor, que estaba en su situacion inmediata de Tongasuca, se retiró y estuvo
muchas veces en riesgo de perder la vida. El Dr. D. Francisco de Aldasabal,
cura del pueblo de Pisque, hizo cuantos esfuerzos le dictó su conocida apli-
cacion y celo cristiano, predicando y amonestando á sus feligreses y conveci-
nos á la separacion del engaño que padecían, y consiguió reducir á muchos,
á quienes apadrinó despues para el perdon; y cuando llegó el caso de pasar
posteriormente el ejército en solicitud del rebelde, socorrió, en el incómodo
lugar de Pucacasa, las necesidades que tuvo, con víveres, vacas, leña y otros
menesteres, con amplitud y liberalidad, manifestándose uno de los más fieles
eclesiásticos y amantes vasallos de V. M. Los muchos gastos que ocasionaba el
pagamento de las tropas auxiliares, y provision de víveres y bastimentas, au-
mentaba el cuidado para subvenir á ellos, sin que se gravase en el todo la Real
Hacienda. Y aunque desde las primeras juntas, en que se tuvo consideracion á
estas resultas, se esforzó el amor de varios fieles vasallos de V. M. á contribuir
graciosamente algunas cantidades, conforme a sus posibilidades, se encargó
el corregidor don Fernando Inclan de dilatar la insinuacion al vecindario, y se
consiguió el servicio de 8.420 pesos, como lo demuestra el documento núm. 5.
El estado eclesiástico, que es el que goza las mejores comodidades, á su
ejemplo, y movido por el reverendo Obispo, en que se incluyeron las religio-
nes, con consulta que hizo con sus prelados, siendo eficaz agente de ellos Fr.
Luis Cuadros, prior del convento de San Agustin, verificó el donativo gratuito
de 23.541 pesos dos reales y medio, en la forma que lo especifica el documen-
to número 6 y entrando en las Reales arcas las dos partidas, que componen
31.961 pesos dos reales y medio, han servido en parte de gastos de los muchos
que ha tenido la Real Hacienda. Otros vecinos contribuyeron con cantidad
de ropas para uniformar las tropas, como lo refiere el testimonio núm. 7, y
se excusó tambien de este gasto el Real Erario. De modo, que por todos los
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